En ocasiones me he preguntado por qué elegí la profesión de enfermero y no otra y siempre he llegado a la misma conclusión: me gustaba —y me gusta aún— el trato directo con los pacientes, hablar con ellos e intentar hacer que su enfermedad sea más llevadera; en definitiva, cuidarles.

Cuidar, bonita palabra, que según la Real Academia significa «poner diligencia, atención y solicitud en la ejecución de algo» y que la Enfermería tiene muy interiorizada. Si hablas con un enfermero, no importa su edad, siempre se referirá a la profesión como generadora de cuidados. Cuida una madre, cuida un padre y también cuidamos los profesionales de enfermería que vemos a los pacientes como un todo integral al que hay que procurar el máximo bienestar posible.

Además, y eso me gusta, ponemos diligencia y atención en lo que hacemos, ya que cuidar, al menos para mí, no significa sólo realizar una serie de técnicas que te enseñan en la Universidad o que aprendes de otros compañeros. Para mí, cuidar también significa «asistir, guardar, conservar», tal y como recoge otra acepción del diccionario de la RAE. Asistir al que tiene una salud precaria y guardar y conservar la salud de los demás, y todo de una forma profesional y sistematizada.

En una reciente encuesta, no científica, que he realizado, he preguntado a varios compañeros y compañeras si se arrepienten de haber estudiado enfermería y si no hubieran preferido elegir otra profesión, sanitaria o no. Al principio pensé que dado el estrés que genera la profesión, con los cambios de turno, el hecho de trabajar con el dolor, tener que hacerlo en sábados, domingos y fiestas… serían varios los que dijeran que están hartos y que se habían equivocado al estudiar Enfermería. La realidad, sin embargo, me sorprendió al ver que todos afirmaban que si tuvieran que volver a elegir una profesión volverían a elegir Enfermería. Y que conste que he preguntado a jóvenes recién licenciados, a algunos que ya peinan canas, y a otros que estudiaron Enfermería como segunda titulación.

Al parecer, y en eso coincido con muchos, la Enfermería engancha e ilusiona. Engancha e ilusiona saber que, día tras día, acudirás a tu centro de trabajo (unas veces de mañana, otras de tarde y alguna de noche) para cuidar de una persona que te necesita y que ve en ti a un profesional que vela para que no le pase nada y que, además, sabe que estás preparado y formado para ofrecerle los mejores cuidados, la mejor atención.

Volviendo al diccionario de la RAE, dice que la Enfermería es la «profesión y titulación de la persona que se dedica al cuidado y atención de enfermos y heridos, así como a otras tareas sanitarias, siguiendo pautas clínicas», a pesar de que la mayoría de los profesionales entendemos que esta denominación no contempla la realidad de la profesión en la actualidad.

Mañana, Día Internacional de la Enfermería, los hospitales, centros de salud, residencias de ancianos y decenas más de centros sociosanitarios se llenarán de pegatinas de color verde y con una leyenda muy simple «Soy Enfermero». En dos palabras, sólo dos, se condensa una filosofía muy simple: me gusta cuidar, me gusta hacerlo con diligencia para que el dolor o el malestar pase cuanto antes y también me gusta hacerlo con ´cuidado´, con cariño, para que mi paciente, ese que se pone en mis manos sin cuestionarse nada, deje de serlo y se convierta en un ciudadano sano.

Mañana miles de profesionales de enfermería diremos a todos los ciudadanos que estamos orgullosos de ser enfermeros o enfermeras, que queremos que cuando se dirijan a nosotros sepan que estamos para atenderlos, para cuidarlos y que lo hacemos, además, con diligencia y atención porque somos enfermeros o enfermeras y nos gusta serlo.

Pero también esa pegatina, «Soy Enfermero», quiere hacer ver al ciudadano que no somos un profesional sanitario más ¡somos enfermeros! y nuestra profesión, milenaria, está directamente relacionada con la evolución de la salud y el aumento de su esperanza de vida. Además, cuando les cuidamos lo hacemos sobre una base científica que nos otorga una formación universitaria y numerosos cursos de formación postgrado que realizamos, con la garantía de que nuestro trabajo, nuestros cuidados, son los mejores y, siempre, los más avanzados.

Los enfermeros y enfermeras no estamos sólo para curar sino especialmente para explicarle a usted qué es lo que tiene que hacer para evitar ponerse enfermo, qué es lo que tiene que comer para evitar la obesidad y, también, para enseñar a los más pequeños que unos hábitos de vida saludables se convertirán en la mejor garantía de su salud en un futuro. Nos importa su salud y su calidad de vida porque nos importa usted y su bienestar como persona.