Tengo en mis manos una obra bien hecha, única, excepcional: Los sonidos de la tradición (El patrimonio sonoro del Municipio de Murcia); firman el trabajo Tomás García Martínez y María Luján Ortega. Literatura y música; palabra escrita y todo el mundo sonoro de nuestra capital. Es un incunable de consulta, una pieza insustituible ya, y en el futuro inmediato. Lo ha editado el Ayuntamiento de Murcia y dentro de él, la concejalía de Fiestas y Cultura Popular. ¡Qué hermosa denominación de origen la de cultura y pueblo, unidos a un tiempo! La edición tiene que ver

también con el arte; los grabados que ilustran sus páginas son de Moisés Yagües, interesantísimos de concepto plástico.

Los autores han actuado como cazadores de sonidos, buscadores de esencias perdidas. Para este tipo de trabajos hace falta vocación; perseverancia, amor a las tradiciones, al pan nuestro de cada día de nuestra esencia murciana. Ellos son cuidadosos portadores de todo eso; de ello han hecho su vida y su faena. Con este trabajo han revitalizado la memoria perdida; el canto del gallo que negaba lo desaparecido, ha vuelto a oírse gracias a ellos.

Coplas de Ánimas; Romances olvidados; Canciones infantiles (Nanas, Los cinco lobitos…Pasemisí); Cantos de labor y trilla; y aquí aparece el testigo del inmarcesible e inmortal Manolo Cárceles, ´El Patiñero´, por voluntad de todos, por su ejemplar dedicación y esfuerzo, de inolvidable memoria. Bandos Panochos y Teatro Popular: Auto de Reyes Magos. El lenguaje de las Campanas, su cuerpo de bronce en la Catedral, la voz de la Águeda, de la mora, de todas las cristianas con su nombre y tradición.

El sonido inverosímil de la caracola, que llama al almuerzo o avisa de la riada; sonidos de Carnaval y mascaradas; la Semana Santa y sus músicas, con burlas hirientes y tambores de tormenta. Aguilandos y panderetas; el sonido del Nacimiento del Niño-Dios, la Navidad. Los Mayos con cruces y los trovos de cuarteta y quintilla. El rezo de los Auroros, de campana y farol en las entrañas. Los bailes tradicionales, sus parrandas y malagueñas que dejan el paso a una jota del tío Antonio, por ejemplo.

Tomás y María, pertenecen a esa estirpe venerable digna de ser nombrada ´especie protegible´; y todo hecho desinteresadamente al borde de la humildad creativa más honda y profunda. Los profesionales de la imagen, de la radio tendremos en esta edición un apoyo documental inmejorable. Y todo por nada, simplemente por amor a Murcia.