Miembro de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas y del Foro Social

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Con esta crisis están saliendo a la luz una de sus consecuencias, los embargos y desahucios.

Somos más de 362.000 familias (en torno a 1.300.000 personas) las que estamos en procedimiento judicial con la amenaza de embargo.

Pero lo peor es que con la actual ley hipotecaria, una parte muy importante de las victimas de la crisis, pueden quedar con una cadena-condena perpetua. Porque una vez que se subasta la vivienda, la entidad bancaria se puede quedar por ley con el 50% del valor de tasación actual, quedando el resto de deuda más los intereses diarios pendientes de cobro, por lo que la familia afectada se convierte en una diana, objeto de persecución por la entidad bancaria de por vida.

Con esta situación se está condenando a la exclusión y precariedad social, así como a la economía sumergida o informal a decenas de miles de familias trabajadoras.

Frente a esta situación, planteamos que se modifique la ley hipotecaria en torno a la regulación de la Dación en Pago, esto significa que con el embargo de la vivienda se libere la deuda, lo que permitiría el derecho a comenzar de nuevo, libre de deuda.

La Dación en Pago es algo que ya se practica de forma importante en diversos procedimientos, pero es la entidad bancaria la que tiene la última palabra. Lo que exigimos desde el movimiento de afectados por la hipoteca es que se regule por ley.

El Gobierno y el Parlamento, con los votos del PP y PSOE, ya se han pronunciado en contra de esta regulación, porque según dicen perjudica a los bancos. La ministra Salgado dice que la Dación en Pago rompería la estabilidad de los bancos, pero ¿y la estabilidad de las familias y personas?

Con todo, en las últimas semanas han salido a la luz pública dos sentencias en Navarra y Cataluña que indican que no ha lugar a que el banco reclame el resto de deuda y que con la vivienda ya se tiene que dar por cobrada ésta.

También pedimos una moratoria real para las personas paradas y no como sucede actualmente, que esa moratoria que planteó el gobierno de Zapatero significa un aplazamiento del problema, ya que los bancos ofrecen esa moratoria de dos años, pero una vez que pasa este tiempo la deuda es mayor, ya que cobran intereses por ese aplazamiento. Por tanto no es una solución, es un empeoramiento del problema.

En todo caso, el hecho de que este problema social cada vez sea mas mediático es un indicador de que podemos estar en la antesala de un nuevo movimiento social de víctimas de la crisis, que hoy por hoy es aún muy embrionario. Pero hay datos para afirmar que va a ir creciendo, como una fantástica bola de nieve.

De momento es en Cataluña y Murcia donde se ha creado un espacio de lucha en torno a las Plataformas de Afectados por la Hipoteca ( PAH) pero muy pronto se van a crear mas plataformas en diversas comunidades autónomas.

En la comunidad murciana la PAH se creó en junio a propuesta del Foro social, Consumur-Facua y asamblea de personas paradas. Y cuenta con el apoyo de diversas entidades sociales y vecinales, entre las que se encuentra el Foro Ciudadano.

Tenemos varias líneas de actuaciones y en torno a 180 casos de familias afectadas. Una cifra que va creciendo semana a semana.

Porque la plataforma se está convirtiendo en una herramienta muy útil para defender nuestros derechos e intereses.

Pero lo más destacado son las concentraciones y la paralización, hasta el momento, de siete desahucios, mediante la presencia de piquete ciudadano y de activistas de la PAH.

Somos conscientes de que, pese a la satisfacción satisfacción por el trabajo realizado en un corto espacio de tiempo, no es suficiente, ya que nos encontramos que a muchas víctimas de la crisis y las hipotecas les cuesta mucho salir a la luz pública y reconocer que tiene un problema.

Este dato coincide con una encuesta realizada en Cataluña, que indica que hay un porcentaje muy alto de personas que ni siquiera le comunican a su entorno más cercano su precaria situación por vergüenza, ya que en la cultura dominante ser pobre es una «bajeza».

Es fundamental convertir este problema individual en un problema colectivo, ser capaces de colectivizar las situaciones de crisis, frente a la individualización de un problema que es social.

Las víctimas de la crisis somos inocentes, no la hemos creado y de ahí que pidamos a todos los movimientos ciudadanos de nuestra tierra que incorporen a su agenda la lucha contra la precariedad, la pobreza extrema y la exclusión social. La cifra conocida recientemente de que 400.000 murcianos y murcianas estamos por debajo del umbral de la pobreza, no es solo un dato estadístico, es una realidad que debería alarmar a los diferentes gobiernos.

En nuestra tierra murcianica hay demasiados hogares –más allá de lo socialmente soportable– en los que la supervivencia diaria es un calvario, que se tiene que hacer visible.

Hay miles de trabajadores y trabajadoras en la Región que ya no tienen esperanza de encontrar un trabajo estable, son los mayores de 45 años. Pero los jóvenes también lo tienen difícil, ya que el desempleo se esta cebando en ellos.

La precariedad y la exclusión social no tienen edades, como nos lo han recordado la ciudadanía en Portugal recientemente. Hace falta que las experiencias de lucha de nuestros vecinos portugueses o del norte de Africa se extienda en todos los lugares.

Eso pasará sin duda antes o después, porque no hay nada más peligroso para los poderosos que la existencia de segmentos cada vez mayores de la población sin futuro ni esperanza. La historia nos dice que cuando no hay futuro y las situaciones de injusticia se generalizan, no queda mas solución para la ciudadanía que levantarse. Tiempo al tiempo.

Los bancos no pueden salir de rositas de esta crisis y además imponer unas recetas que consisten únicamente en recortar derechos conseguidos en décadas de lucha social y además perseguir de por vida a personas que pierden su vivienda. La cadena perpetua no existía en nuestro país hasta que llegó la crisis y con esta los desahucios, la miseria y los embargos.

Hace unos días una persona amiga me regaló el libro del guerrillero de la resistencia francesa contra los nazis,titulado ¡Indignaos¡ Pues eso, los afectados por las hipotecas estamos indignados. De ahí a rebelarnos contra los bancos solo hay un paso, en ello estamos. Vamos a extender desde Cataluña y Murcia las plataformas de afectados por las hipotecas por todos los territorios del país. Sí, se puede.