Un vídeo circula por las redes sociales en Internet en el que la ex-vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se dirige a unos adolescentes —posibles prosélitos— en un aula escolar, y ante la indefensión juvenil les explica de manera gesticulante y literalmente lo siguiente: «Zapatero y Rajoy pusieron de manifiesto dos modelos diferentes: el modelo que representa un presidente de izquierdas, de centro izquierda, que mira hacia el futuro, que tiene la mirada positiva, que es optimista, que cree en la gente, que cree en los ciudadanos, que cree en los jóvenes, que cree en las mujeres y… otro modelo que representa Rajoy que es el modelo del miedo; de introducir miedo con todo, desconfianza, y que mira más al pasado que al futuro. Y a partir de ahí los ciudadanos pueden elegir… el modelo del futuro o el modelo del pasado. El modelo del futuro como podéis imaginaros es Zapatero (risas) y el modelo del pasado que es Rajoy…».

La fecha de esta visita electoralista a las aulas data de marzo de 2008; es, por tanto, del tiempo en el que De la Vega formaba parte del Gobierno socialista: en cualquier caso no parece ético, no sé si legal, semejante apología para el proselitismo de menores de edad. Días más tarde de esta visita, en rueda de prensa, y a las preguntas de los informadores sobre este mitin colegial, la señora de la Vega negó tal circunstancia y hechos.

No sé si las normas democráticas permiten semejante discurso ante un foro inmaduro en razón de sus escasos años, si resultan admisibles este tipo de actos en la obligada neutralidad educativa. No parece razonable que lo autorice así la legislación vigente. En cualquier caso es cierta y manifiesta la desvergonzada actitud de la que fuera cabeza visible del penúltimo Gobierno Zapatero.

La preparación escolar de nuestros menores, en los diferentes grados, no debe estar contaminada con versiones políticas tan partidistas como la manifestada por la miembro del Partido Socialista, por otra parte tan falaz y simplista. Aparte queda la responsabilidad de la dirección del centro que permitió semejante espectáculo político.

Fernández de la Vega ha desaparecido de la primera línea en la acción política española y tal ausencia resulta, con franqueza, bastante de agradecer; sus métodos didácticos, vista la muestra, así lo aconsejaban desde hace tiempo. Los ciudadanos, tomados por tontos, también necesitamos un descanso.