Cada vez nos duran menos los políticos. Tomás Gómez ha caído al primer asalto. Ha bastado que la condenada por prevaricación fuera una amiga suya para se desdijera de todos los discursos altisonantes que venía largando desde que lograra convertirse en Tomás Gómez. Busquen ustedes en las emisoras de radio un corte cualquiera de su voz manifestándose acerca de la necesidad de purificar el ambiente y compárenlo con la actitud que mantiene ante Rollán. ¿Quiere decirse que ha comenzado a dejar de ser Tomás Gómez? No estamos seguros. Un político no alcanza su cénit hasta que lograr decir diego donde dijo digo, tal es su verdadero bautismo de fuego, su ritual de paso, su confirmación de que sirve para la cosa.

—Papá, quiero ser diputado.

—¿Has aprendido ya a hacer lo contrario de lo que predicas?

—Estoy en ello.

Se ve que Tomás Gómez estaba en ello, pero no le salía, coño. Esta era una de las cosas que sorprendían de él. No era brillante hablando ni callando (tampoco pensando, por lo tanto), pero despedía un halo de verdad, de honradez, de rectitud, que llamaba la atención porque no era común entre sus colegas y amigos. Pensábamos ingenuamente que su empeño en ser y parecer honesto compensaría su falta de talento político o literario o musical, no sé. Pero nos equivocamos una vez más. No es que no estuviera deseando incluirse en la nómina, es que no había tenido la oportunidad que acaba de brindarle la señora Rollán.

A veces trata uno de imaginar qué haríamos con un compañero de oficina que se comportara como cualquier político, como uno cualquiera, da lo mismo. Se le aislaría, claro, no se puede convivir de forma permanente con mentirosos compulsivos, con gente mezquina, taimada, traidora. A Rajoy le ha faltado tiempo para acusar a la izquierda de la agresión que ha sufrido un compañero suyo en Murcia. No pierden oportunidad de comportarse como lo que seguramente son.

A Tomás Gómez acaba de brindarle el destino la ocasión de actuar como Tomás Gómez, pero ha preferido conducirse como Gómez, Tomás. Que a usted le vaya bien.