Mirlos muertos (excelente aliteración). Mirlos muertos a miles (por continuarla). Cayeron como moscas, no como pájaros, que habría sido lo suyo. Sucedió en el estado de Arkansas, en EE UU. El día de Año Nuevo las calles y los tejados de una localidad llamada Beebe aparecieron sembradas de cadáveres de mirlos. El cadáver es un objeto complicado porque envejece como si estuviera vivo. Los cadáveres, a su manera, están vivos, por eso evolucionan. En caso contrario permanecerían inalterables de forma indefinida. Lluvia de pájaros sin vida, en fin. ¡Qué forma tan extraordinaria de comenzar el año!

Los mirlos son negros y tienen el pico rosado. Recuerdan al cuervo de Poe, aunque los cuervos son más grandes, creo, también más agresivos. En mi barrio, en Madrid, hay miles de mirlos. Durante primavera, algunos se caen de nido y uno cede a la tentación de sacarlos adelante. Si les das pan previamente masticado por ti, sobreviven tres o cuatro días, no más. Por lo visto, sus madres digieren la comida antes de meterla en su pico. Los jugos digestivos de la madre, mezclados con los alimentos, inmunizan a las crías.

Un año desmontamos la campana extractora de humos, porque no funcionaba bien, y hallamos un mirlo adulto muerto. ´Mirlo adulto muerto´ es otra aliteración. Podríamos decir que la campana no funcionaba por culpa de una figura retórica. Las figuras retóricas provocan multitud de desastres. La primera vez que escuché la palabra ´anadiplosis´ a un profesor de literatura, me puse enfermo porque soy muy aprensivo. El hijo de nuestra portera había fallecido de anadiplosis, o eso entendí yo. Luego resultó ser una figura retórica consistente en la repetición de la última parte de un verso o frase al comienzo de la siguiente. Por ejemplo: «Triste hoguera hay en medio del mar, / del mar ardiendo» (Rafael Alberti). Aunque parecía evidente que la criatura no podía haber muerto de anadiplosis, cada vez que pronuncio ese término me tengo que desinfectar. Los barrenderos de Beebe recogieron a los «miles de mirlos adultos muertos» con mascarilla, por si acaso. Hay aliteraciones que matan.