A los Reyes Magos de Oriente les pido templanza y serenidad para resistir la política y a algunos políticos, sin descomponer la figura. Uno de ellos, y muy significado para los murcianos, el señor diputado por esta región, un tal Fernández Bermejo, ha cruzado el umbral del año viejo al nuevo cobrando sangrientamente, sin pudor alguno, lo que se gana con dedicación invisible. Un caso en su especialidad absentista.

¿Cuánto lleva este político socialista sin venir y sin interesarse por los asuntos de los ciudadanos de esta región, ni siquiera por los que le votaron? Pertenece el personaje a la tropa en el poder que nos castiga con la indiferencia administrativa, que nos ahoga con las disposiciones que entorpecen nuestro desarrollo. Son una epidemia para nuestros esfuerzos. Una calamidad en el escalafón de los escalafones.

Señor de la caza furtiva, es un ausente cuya presencia es indeseable; mi reclamación, aquí y ahora, no es para que vuelva, es un reproche público para desenmascarar y recordar a tal servidor del Estado, para prevenir sobre el fraude que representa el paracaidismo político, para pedir listas abiertas que impidan estos casos. Político innecesario sólo es contable el dispendio de sus nóminas y la vergüenza de su deslealtad. De él dependió la Justicia en nuestra España esquilmada por un partido político; perteneció a uno de los peores gobiernos de la democracia. Su etapa ministerial será recordada como una de las diez plagas, que como las bíblicas, ha firmado el periodo socialista de Zapatero.

El país espera el agua para mayo; es el agua de mayo que les demostrará el desprecio del electorado al actual partido en el poder. Se aproxima su deslace definitivo e inevitable. En las autonómicas y municipales votarán contra Zapatero. El principio del final de los ´Fernández Bermejos´ que se ocultan bajo la apariencia de venerables señores que se ocupan del bienestar colectivo. Quedan tan sólo unos meses de sopa boba.

En política como en la vida, no se trata de izquierdas ni derechas; no se trata más que de una cosa muy simple: honestidad personal, cosa que no tiene nada que ver con la militancia. Mariano Fernández Bermejo ha hecho chanza de la ingenuidad de los murcianos que aceptaron su presencia y representación electoral en la Región y le votaron; defraudando con su descarada actitud, toda razón para justificar aquella confianza. Políticos de esta clase hacen un daño irreversible a los que les queda un mínimo de creencia democrática. ¿Qué fue de Fernández Bermejo? ¿Vds. lo saben?