Las pruebas de acceso a la Universidad de Murcia a las que el pasado día 14 tuvieron que someterse en una primera fase más de 5.000 estudiantes murcianos y afines, se han adaptado escrupulosamente, se nos dice, al modo de examen que contempla la Ley Orgánica de Educación (LOE), y se han atendido a los temas más candentes de la actualidad. Entre otros, los riesgos de las nuevas tecnologías: Internet a gogó, uso desenfrenado de la telefonía móvil y no sé si también a la tele a secas o a la telemierda; mucho más alienantes (embrutecedores, pienso, que a los que se refieren Marx y sus acólitos supuestamente vulgarizadores de su obra: religiones, brujerías, patroterismos, etc.

En cuanto a la cultura, la cosa ha girado alrededor de Miguel Hernández con su centenario y García Lorca, excepto, en cuanto a este último, su obra La casa de Bernarda Alba, seguramente por haberse considerado que en algunos de sus pasajes -escenas- pueda parecer una exaltación del machismo; cosa que no son en modo alguno.

No tengo noticia de que texto del granadino habrá sido sometido a análisis o comentario. De todas formas me voy a permitir traer a colación uno ejemplificador de lo que es, o debe ser, el lenguaje poético por excelencia:

El día se va despacio,

la tarde colgada al hombro

dando una larga torera

sobre el mar y los arroyos.

Total, para decirnos -mejor pintarnos sin lápices de colores- una puesta de sol. Toda una lección de imaginería.

De todas formas, la cuestión de los toros no fue obviada en dicha convocatoria, ya que el tema principal del texto de inglés fue la polémica acerca de la prohibición -o no- de las corridas de toros en Cataluña.

No en vano Cocoví-Picornell, alter ego de mis glándulas, hace ya años que viene dándome la tabarra diciendo que le consta de buena tinta -no sé si china- que Pedro Romero no fue natural de Ronda ni toreador, sino londinense a lo personaje de Carlos Dickens, y Morante de la Puebla un miembro de la CIA vestido de luces para disimular.

No deber ser casualidad, pues, que casi siempre se fume un puro descomunal entre toro y toro.