Le dejen o no los jueces, lo que resulta claro es de que el Gobierno intenta bajarse los pantalones ante los piratas de Somalia, y para salvar el culo. En política hasta el más digno profesional, si de veras lo es, se los baja cuando no queda otro remedio. La gente con cinturón atado y bien atado (cinturón de castidad) no vale para la política. Si, aunque sea a costa del ridículo del Gobierno (cediendo y pagando), los pescadores vuelven a casa y pasan en ella la Navidad, todo irá bien, pues el ridículo cura pronto. En cambio si, pongamos por caso, el Gobierno intentara un rescate a la brava, y no saliese bien, o corriera sangre, tendría los días contados. Y si la situación se enquista, con riesgo de ejecuciones (algo poco probable, creo), el Gobierno se quedaría en los huesos. Es la política. Para las familias, y para la gente, cualquier cosa que el Gobierno haga estará bien si los pescadores vuelven.