Te deseo lo mejor, siempre se dice al menos una vez al año, por Navidad. Pues eso, lo mejor de lo mejor es lo que deseo para mi Región en esta nueva andadura de cuatro años de Gobierno central, distinto del autonómico. Y a pesar de eso espero que la Región no lo note. Sí quisiera destacar alguna que otra cuestión puntual y preferente, amén del agua, que por manida y nada clara, no me atrevo a pedir ni a pronosticar nada, me quedaría con algo que me, nos, afecta directamente a todos, como son las transferencias de Justicia. Sí, después de esta huelga, más que fundada, de los funcionarios de justicia de la Región de Murcia, para cobrar lo mismo que sus compañeros de las autonomías con transferencias. Sí, teniendo un antiguo fiscal en las filas del partido que gobierna en Murcia. Y, si teniendo como cabeza de lista de los diputados del partido que gobierna en España al actual mismísimo ministro de Justicia, no se hacen, y además bien, las citadas transferencias, apaga y vámonos.

¿Saben ustedes lo que está suponiendo por ahora la mencionada huelga? En Penal, más de 1.500 asuntos; en Civil, más de mil; en las jurisdicciones mixtas (tanto civil como penal) cerca de 1300; en lo contencioso-administrativo (que es lo que le quedaba), cerca de ochocientos asuntos, y en social o laboral casi setecientos. De seis a ocho meses para ponernos al día. Si la Justicia en este país brilla por su falta de rapidez, mucho me temo que el ciudadano se va a desesperar cada vez que tenga que litigar. Por eso y porque mejor Murcia que Madrid, las transferencias son el primer punto a resolver con prontitud.

Hay una segunda cuestión, que quizás en esta nueva legislatura, y en lo que atañe a mi Región, pediría a los que puedan llevarlo a cabo, y con ello me hago eco de lo dicho por los empresarios acerca de que la situación del ferrocarril es impropia de los tiempos actuales en Murcia. El aeropuerto de Corvera aún está en medidas cautelares en la sala de lo contencioso- administrativo de Murcia. Lo de la estación de tren de la capital, a pesar del esfuerzo que hacen sus empleados, es algo que no se puede uno imaginar hasta que no la padece. El pensar que Murcia es la ciudad séptima de España, con esa estación de ferrocarril da tristeza. Si el tren no llega por la vía uno y vas cargado de maletas, sube y baja escaleras, ya que el único ascensor existente, si quieres cogerlo, hay que tener mucha paciencia. Pero para paciencia la de sacar el vehículo del aparcamiento de Renfe. Las colas son enormes y lentas porque sólo hay una salida y encima peligrosa. Con lo que entre los que tratan de salir a la calle y los que tratan de dejar su lugar de aparcamiento para incorporarse a la única vía y cola de salida, el atasco se hace interminable. Y como la hora de ese aparcamiento encima es barata, pues eso, triste, tarde y caro te cuesta salir de la estación.

Pues por todo esto me quedo y alabo a mi pueblo, el murciano, que tiene más paciencia que nadie para aguantar las deficiencias. Y por demostrar que es de los más inteligentes de España: no se cree el mejor, ni por RH ni por nada, no elimina a los que no piensan como él, no reivindica una independencia absurda a estas alturas de la humanidad, respeta a todos los demás pueblos, y encima demuestra que el Estado de Derecho y la democracia se protege votando más que nadie en las urnas.

Lo demás vendrá a caer como fruta madura en su momento. Pero ya, por favor.