En estas fechas tan entrañables las puertas de los comercios en general y de ropa y complementos en particular parecen puertas de iglesias en día de entierro: las mujeres nos arremolinamos murmurando como avestruces locas en el interior de la tienda, mientras los maridos, novios, compañeros, esperan en la acera tomando el solecito y echando un cigarrito.

Los arcos detectores de robo que flanquean las puertas no paran de pitar hasta quedar afónicos y los de la tienda ya ni se estremecen porque siempre es alguna señora que se acerca a la calle a enseñarle una prenda al sufriente marido. Lo de preguntarle al marido son ganas de fastidiar o ganas de no perder la ilusión, porque a la pregunta de "nene, mira ¿te gusta este jersey para la cría de tu hermano?", o "cari, ¿cómo me queda este vestido?", ellos, sin alterarse y con un deje cansado en la voz casi ronca de los cigarros, responden con escasas variaciones: "Sí, no sé, cómprale lo que tú quieras", o bien, "sí, te queda muy bien, si a ti te gusta...". La 'a' final del 'gusta' la suelen prolongar para evitar meter otro tipo de opiniones que pueden alargar la compra. A un marido jamás se le ocurriría comentarte que pareces una morcilla de Burgos embutida en ese vestido de lycra negro que pretendes plantar sobre tus reales el día de Noche Vieja, no vaya a ser que te dé por probarte otros. Eso sí, al llegar la noche en cuestión te suplica que no te lo pongas porque se te marcan las bragas; tu sugerencia de "pues me las quito" tampoco suele terminar en éxito

Algunos esperadores despliegan todas las armas de seducción que le regatean a sus parientas para conseguir pegar la hebra con otras sufrientes víctimas de las compras. Hablar del tiempo y de la nueva camiseta futbolística que va a sacar el Murcia siempre será mejor que acercarse al quiosco a comprar el periódico para entretenerse uno solo, pues la moza con la que te casaste puede aparecer en esos momentos a enseñarte una falda roja para vuestra hija y no encontrarte en el sitio, con lo cual todo el sacrificio de la espera se va a hacer gárgaras y durante el resto de las compras además de esperar tienes que aguantar que ella esté de morros.

Tampoco se pueden aprovechar estos tiempos muertos para ligar; ten por seguro que si alguna fémina sale de la tienda cargada de bolsas y te sonríe es porque el sol le deslumbra los ojos en su intento de dar con su esperador, no porque quiera ligar contigo.

Lo mejor es que te enciendas otro cigarro, que lo de dejar de fumar se reserva para enero, y pienses que como hombre que eres, lo tuyo es normal, los únicos hombres que hay dentro de la tienda son, por este orden: los propios dependientes de la tienda, los que llevan saliendo con la chica un mes, los gays y los que tienen unas esposas con los reales muy bien puestos.

Una todo esto lo sabe bien porque desde que la Beckam dijo que su marido la tiene como el tubo de escape de un camión no para de ir agachándose ante todos los coches para ir haciéndose composiciones de lugar sobre los atributos del David y entre que me agacho y no me agacho echo visuales a las puertas de los comercios para comprobar que los hombres no me miran mal, no se vayan a pensar, en medio del aburrimiento, que les estoy colocando bombas-lapa en los bajos de los autos aparcados en doble fila.

Y hablando de autos aparcados en doble fila, los comercios de Murcia lo que podían hacer era instalar 'aparcamaridos' como han hecho en un centro comercial en el Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Este centro invitó a sus clientes a participar en un concurso en su página web en el que se les pedía que hicieran propuestas sobre cosas que les gustaría encontrar en el centro.

Un cliente sugirió la idea de una guardería gratuita para maridos, los del centro comercial la encontraron interesante y ya existe esa zona para maridos desesperados, en ella los maridos cuentan con sofás, televisiones, prensa. Toda ella está planteada como un lugar de descanso y desconexión. Tal ha sido el éxito que la dirección del centro avanza que ésta será una zona en constante evolución, abierta a nuevas sugerencias y en la que se irán incorporando nuevos servicios.

Como esposa en potencia pido 'aparcamaridos' en Murcia ya, que una va teniendo una edad y salir de caza a los bares de moda está empezando a darle algo así como pereza.