El escritor Francisco Umbral y el bastardo real Leandro de Borbón Ruiz son dos casos muy ilustrativos de la tesis mantenida hace años por los médicos suizos y un especialista en Relaciones Internacionales -Andre Haynal (psiquiatra y psicoanalista), Pierre Rentshinick (especialista en medicina interna) y Pierre de Senaciens (profesor de Relaciones Internacionales en Lausana)- en su obra no traducida al castellano Les orphelins menent-ils le monde? (¿Dirigen los huérfanos el mundo?), en la que abordan con enfoque interdisciplinar, utilizando la Historia y el psicoanálisis, el tema del papel relevante que en el proceso histórico, en todas sus múltiples dimensiones, tanto política, como religiosa, científica y artística han tenido y tienen en la actualidad muchas figuras que han sufrido orfandad o que han padecido al menos el rechazo del padre o la condición de hijos ilegítimos.

A juicio de estos tres ilustres autores helvéticos, los niños traumatizados por la muerte, la ausencia o la huida del padre, necesitan salir de esa angustia existencial para llegar a ser líderes políticos, religiosos o triunfar en algún campo científico o artístico. Esto supone crear o modificar un orden que sea conforme a una cierta concepción del mundo hecha por un ser humano que busca vengarse, conscientemente o no, de la mala suerte provocada por ese síndrome de abandono. En los casos de ilegitimidad -como ocurre con Francisco Umbral y Leandro de Borbón, aunque sus nombres no figuran en el citado libro- la revancha puede ser un motor suficiente, siendo muy significativo al respecto la trayectoria de Evita Perón.

Es obvio que no basta ser huérfano para dirigir el mundo, pero a potencial genético igual, a condición social igual, a instrucción y educación iguales, los niños que se encuentran en circunstancias de orfandad, rechazo explícito o implícito, se nos aparecen como dotados de una voluntad de revancha agresiva sobre la vida, sobre los hombres, para poder realizar sus fantasías de juventud, que deben compensar e incluso supercompensar el vacío, el abandono, la humillación, la no identificación con el padre, frustración que ellos han padecido de manera inconsciente o conscientemente.

Para corroborar su tesis los mencionados autores ofrecen una lista, integrada por 450 grandes figuras de la Historia, destacando, entre otras muchas, Calígula, Julio César, Martín Lutero, Nixon, Leonardo da Vinci, Sartre y