Sobre gustos, dicen los entendidos, que no hay nada escrito, pero como humilde aficionado al ciclismo, confieso mi predilección por Alejandro Valverde como el mejor ciclista español de todos los tiempos. Mi generación creció idolatrando a Miguel Induráin como el mejor ciclista e incluso considerado deportista español de todos los tiempos. Entre mis recuerdos de niño, siempre aparecen los momentos vividos emulando al gran Miguelón con nuestras bicicletas antes de que me iniciara al atletismo. Han pasado unos cuantos años y el de las Lumbreras ha demostrado ser el más completo, el único capaz de mantenerse durante más de quince años en la élite internacional, conquistar la Vuelta a España, saborear el podio de los Campos Elíseos y de cinco Campeonatos del Mundo, todo ello enriquecido con el éxito de las carreras más clásicas del calendario como multicampeón en la Lieja-Bastogne-Lieja, Flecha Valona o Dauphiné Liberé.

Comencé a competir en atletismo y ya se hablaba de un ciclista juvenil que lo ganaba todo, compañero de batallas de mi amigo José Cayetano Juliá Cegarra, y al que apodaron como El Imbatido, al que el destino hizo que nos cruzáramos en el año 2001, en la Gala del Deporte anual de la Región de Murcia, cuando a los periodistas murcianos les gustaba batir a los mejores deportistas por el título, al estilo del Óscar cinematográfico.

En aquella ocasión la terna la conformaban Miguel Ángel Ferrer Martínez, conocido por todos como Mista, Alejandro Valverde Belmonte y yo tuve la suerte de llevarme la estatuilla en bronce que diseñó mi paisano Salvador Susarte. Después hemos coincidido en muchos eventos y reconocimientos, entre los que guardo uno muy emotivo, en 2005, el año que gané la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de Helsinki 2005, mientras Alejandro batía a Lance Armstrong en el alto de Courchevel en la décima etapa del Tour de Francia. Esa carrera la disfruté concentrado en la localidad de Font Romeu, en los Pirineos, presumiendo ante los franceses del ciclista murciano, y tuve la oportunidad de felicitarlo personalmente cuando nos recibió Ramón Luis Valcárcel en el Palacio de San Esteban.

El tiempo siempre pone a cada uno en su lugar o, ¿tal vez no? Los deportistas se caracterizan por muchos valores, especialmente por la perseverancia, y el deporte olímpico le debía a Alejandro Valverde una medalla para completar un palmarés difícil de igualar, pero no ha podido ser. Aun así debemos agradecerle a Alejandro su ilusión por competir en sus cuartos Juegos Olímpicos y representar con su tenacidad y humildad los mejores valores del Olimpismo. ¡Gracias Alejando!