La primera temporada de Solo asesinatos en el edificio fue una de las grandes sorpresas televisivas del año pasado y su segunda parte, recientemente finalizada en Disney Plus, tampoco ha defraudado. Una refrescante mezcla de comedia y misterio con un reparto de lujo, en el que brilla el trío formado por Steve MartinMartin Short y Selena Gómez, pero que también cuenta con intérpretes de peso para los personajes secundarios como Shirley McLaine, Nathan Lane Amy Ryan. Hasta cuenta con celebridades haciendo de sí mismas, como fue Sting en la primera temporada, o la humorista Amy Schummer en esta segunda entrega. Pero tan importante como el reparto o los guiones, es el escenario donde se desarrolla la trama: el edificio Arconia, un lujoso y exclusivo bloque de apartamentos con una esencia puramente neoyorquina y que es un personaje más de la trama.

Si hay algún turista que está buscando la ubicación del Arconia para incluirlo en su próximo viaje a la ciudad de los rascacielos, junto al piso de los chicos de Friends o los escenarios más icónicos de Sexo en Nueva York, hay que avisar que no existe ningún edificio con ese nombre, sino que es imaginario. Pero se inspira en otros bloques igual de exclusivos y envueltos de leyenda, que sí pueden encontrarse en la realidad. Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, en los años que nos muestra la serie La edad dorada, se levantaron mastodónticas construcciones que ocupaban manzanas enteras. Estas edificaciones se convertían en ciudades dentro de ciudades, donde sus residentes podían hacer su vida casi sin apenas necesidad de salir al inhóspito exterior.

A pesar de su nutrida población, la serie nos ha mostrado estos edificios como un imán para personas solitarias donde nadie conoce a nadie y el hecho de salir de las puertas del apartamento y relacionarse con otros vecinos puede llegar a ser toda una aventura. La trama arranca cuando tres de estos seres solitarios, amantes de las historias policiacas y de los pódcasts, deciden ponerse a investigar la misteriosa muerte de uno de sus vecinos. Al más puro estilo de Misterioso asesinato en Manhattan de Woody Allen. Comunidades tan amplias permiten, en el caso de que uno de sus residentes se animara a hacer un pódcast sobre los sucesos más escabrosos del vecindario, tener un éxito más que asegurado.

La fachada que vemos en pantalla durante toda la serie como el Arconia, es en realidad la del edificio Belnord, levantado en 1908 por el arquitecto H. Hobbart Weeks y promocionado en su día como el bloque de apartamentos más grande del mundo, con capacidad para albergar a 1.500 residentes. Pisos que deslumbraban por su lujo y decorados al más puro estilo Luis XVI. En 1976, los conflictos vecinales del Belnord saltaron a los titulares de los periódicos, cuando los residentes del edificio iniciaron la huelga de inquilinos más larga de la historia, en protesta por las pésimas condiciones en que la propietaria, Lillian Sherill, mantenía el inmueble. Ni reformaba, ni dejaba reformar. Una huelga que se prolongó durante 16 años. Cuentan las crónicas de la época que uno de los jueces que intervino en el caso se acabó retirando después del rechazo de las dos partes a la propuesta de acuerdo que les ofrecía. "Se merecen mutuamente", dijo. Hay que recordar que el arco argumental principal de esta segunda temporada ha sido (aviso de spoiler) el asesinato de Bunny Folger (Jayne Houdyshell) la presidenta de la Junta de Vecinos. ¿Se han inspirado los guionistas en las tensiones que generó aquel conflicto?

Aunque no todas las escenas de la serie han sido rodadas en el Belnord. Las tomas en interiores que simulan ser los apartamentos o las zonas comunes se corresponden a estudios, o a otra construcción cercana cuyo estilo arquitectónico se corresponde más con la de la fachada, el 270 de Riverside Drive. Pero hay otros edificios reales que han inspirado a los guionistas y que cuentan con un historial aun más largo que el del Belnord.

Por el nombre, uno de los primeros inmuebles que se nos vienen a la cabeza porque suena muy parecido al de la serie es el Ansonia. Ubicado también en el Upper West Side de Nueva York y levantado por el millonario William Stokes a finales del siglo XIX en lo que iba a ser el mayor hotel del mundo, con más de 1.400 habitaciones y 300 suites, una gran fuente con focas vivas en la entrada, así como zonas comerciales que daban servicio a sus inquilinos. Entre sus residentes ilustres se encontraba el jugador de beisbol Babe Ruth, el compositor Igor Stravinsky o el tenor Enrico Caruso. La Gran Depresión de 1929 obligó al cierre de las habitaciones y su servicio de cocina del restaurante que abastecía a los clientes de cada planta. Se inició así una gran era de decadencia, en la que incluso el inmueble estuvo a punto de ser demolido por el estado ruinoso en el que se encontraba. Aunque finalmente no solo se logró su rehabilitación, sino que pudiera ser protegido.

Aunque en cuanto a leyenda negra, otro edificio emblemático cuyas historias reales darían para más de un argumento de la serie es el Dakota, levantado en 1884 por el arquitecto Henry Handerberg, Sobre el Dakota se suele colocar la etiqueta de maldito a causa de su leyenda, pero es muy larga la lista de celebridades que ha residido allí, al igual que la de quienes han sido rechazados por el riguroso sistema de selección de residentes. Entre esos inquilinos descartados están Madonna, Antonio Banderas y Melanie Griffith, Billy Joel o Cher .Uno de sus últimos residentes famosos, tras adquirir una vivienda por ocho millones de euros, ha sido Alec Baldwin. Judy Garland, Boris KarlovBonoStingLauren Bacall Jenifer López son algunos de sus residentes más célebres. Entre los incidentes que han alimentado la leyenda negra del Dakota se encuentra el haber sido escenario del rodaje de la película La semilla del diablo de Roman Polanski, cuya temática satánica escondería el posible móvil del asesinato de Sharon Tate, la esposa del cineasta, por la secta de Charles Manson. A sus puertas fue asesinado a tiros otro de sus ilustres inquilinos, John Lennon, en 1980.

En la segunda temporada de Solo asesinatos en el edificio hemos visto una trama en la que los protagonistas descubren toda una galería de pasadizos ocultos que conectan los apartamentos y dan acceso a salidas secretas del inmueble. Túneles secretos que eran de utilidad en estas grandes moles para que los servicios de mantenimiento pudieran acceder de rapidez de un lugar a otro en caso de alguna emergencia. Este sistema bien podría recordarnos a la leyenda negra del asesino en serie H. H. Holmes, a quien se han llegado a atribuir cerca de 300 crímenes de los que él solo admitió una veintena, en el llamado edificio de la Muerte. Un castillo lleno de pasadizos, trampas y habitaciones secretas que le garantizaba la impunidad y que sus víctimas no pudieran ser descubiertas. Esta siniestra construcción no está en Nueva York, sino en Chicago, pero las andanzas de este asesino en serie han llamado la atención de otro ilustre neoyorquino, Martin Scorsese, que lleva años preparando una serie sobre su figura.

Solo asesinatos en el edificio nos ha dejado planteadas las bases para una tercera temporada, que no sabemos si será la última, dado el éxito de la serie. Pero de quien ya nos podemos ir despidiendo es de Steve Martin, que ya ha anunciado que se retirará una vez que la serie acabe. Tras una década en la que había estado prácticamente desaparecido, muchos aplaudimos su regreso con esta gran serie y ahora lamentaremos su marcha.