Perro no come perro. Ya conocen el refrán, ahora les contaré lo que pienso. Al señor Ferrán Monegal, respetable analista de la tele, que escribe cargado de interjecciones, de ¡ah!, ¡oh!, y habla cargado de ¡ah!, ¡oh!, y allegados, tuvo a bien La Sexta Noche de darle un huequecito rozando la medianoche para que analizara con su a veces fino sentido del humor las cosas de la pantalla. Como sección me parece irregular, y eso que el bregado comentarista le echa pimienta al trabajo tratando de dar espectáculo, que es de lo que se trata en el medio que comenta y comento. Y es así por una razón casi de parvulario. Por muy Ferrán Monegal que se sea, el pobre ha de andar con pies de plomo. Perro no come perro. O quizá eso me lo quedo para mí - comentarista no se mete con comentarista -, yéndole mejor este otro refrán, no muerdas la mano que te da de comer.

Está claro que el señor Monegal está atado de lengua. Por mucho que se ponga fino, Atresmedia es una barrera infranqueable. Por mucha caña que le dé, Antena 3 y La Sexta son fronteras que no ha de pasar, él lo sabe, y él se para. Sus análisis se notan cortitos, cojitos, demasiado ji ji, ja ja. Le queda Telecinco y Cuatro, pero al no poder usar imágenes, el comentario no luce. Y las televisiones públicas, sobre todo TV3, a la que le saca la pringue semana sí y semana también. La sección se ha reconducido de otra manera. No se analizan programas sino momentos en televisión del invitado de turno, sea Pablo Iglesias, sea Revilla, el presidente de las anchoas, un auténtico talismán para las audiencias -llevó a máximos La Sexta noche en su visita del sábado-. ¿Y? Pues que si uno resulta excesivo e histriónico, dos es demasiado. Y me como al perro.