La abuela de Obama es una keniata que viste con telas elegantes y coloristas, que toca su cabeza con hermosos y artísticos lazos, y que recibe al reportero Raúl Gómez en su modesta casita. Ella es Sara, y su nieto Barack Obama. El reportero se fue a Kenia a participar en una de las carreras más duras del mundo dentro de la serie de carreras casi extremas que cada lunes emitirá la cadena #0 de Movistar en Maraton man.

A Kenia le seguirán Inglaterra, California, Noruega, El Cruce, y Sevilla. Además de correr, Raúl caza historias de gente fascinante en los países que visita. Es un programa de viajes, y un programa de aventuras, y un programa de superación, y un programa para cantarle a la vida. Es la actitud que desprende el joven corredor. En la primera entrega, la de anoche, el equipo desembarcó en Kenia, palabras mayores para un corredor.

En Iten, con su tierra roja y sus carencias en cuanto a instalaciones deportivas, se mezclan los niños descalzos con Wilson Kipsan, uno de los corredores de fondo que se ha alzado con triunfos planetarios. Allí se crían y se forman los mejores fondistas del mundo con los peores pertrechos. Tesón, disciplina, mucho esfuerzo y unas ganas locas por salir de la pobreza son motores infalibles.

Cuando los críos y adolescentes, niños y niñas, ven el resultado de esos esfuerzos en héroes como Wilson, apenas hay que hacer más. Maraton man es el programa de un hombre que corre por el mundo, pero también la forma de mirar y su capacidad para hacer amigos. Nice to meet you, le dijo a la abuela de Obama arrodillándose ante la mujer, que sonreía ante un blanco tan simpático. Es usted muy guapa, le dijo. Sara, a carcajadas, le respondió, «pues llévame a tu casa».