Los vecinos de Maite Galdeano en Murcia rompen su silencio: "Están hasta las narices"

Esto es lo que han confesado las personas que también viven en la lujosa urbanización

Hablan los vecinos de Maite Galdeano en Murcia y cuentan la verdad: "Hasta las narices"

Abril Escalante

Abril Escalante

Abril Escalante

Tras la reciente decisión de Maite Galdeano de vender su piso en La Manga y trasladarse a Madrid en un intento por acercarse a su hija, Sofía Suescun, quien ha decidido cortar la relación con ella ha llegado el momento de hacer un repaso de la polémica trayectoria de la navarra durante su estancia en la Región de Murcia. Desde escándalos vecinales hasta episodios hospitalarios, Galdeano no ha pasado desapercibida.

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Uno de los momentos más controvertidos ocurrió cuando Maite tuvo que ser ingresada en un hospital de Murcia: este episodio marcó un punto de inflexión en su estancia en la región, generando tanta preocupación como curiosidad. Sin embargo, no ha sido su salud sino su convivencia en la exclusiva urbanización de La Manga lo que le ha generado las críticas más duras.

El programa de Telecinco 'En todas las salsas' destapó las quejas de los vecinos de la lujosa urbanización en la que Maite Galdeano vivía hasta ahora. En declaraciones exclusivas para el programa los residentes dejaron claro su hartazgo por el comportamiento de la exconcursante de 'Gran Hermano': “Es un edificio señorial, vive gente importante a nivel empresarial”, ha explicado Pedro Jota, colaborador del programa, antes de desvelar los comentarios más contundentes. Según el periodista los vecinos afirmaron estar “hasta las narices” de los escándalos que, según ellos, la televisiva trajo consigo desde su llegada.

El malestar generalizado se debió en gran parte a lo que los vecinos describieron como una “perturbación constante” en la tranquilidad de la comunidad. Aunque Maite presumía públicamente de haber hecho nuevas amistades en La Manga, la realidad resultaba ser bien distinta en el relato de los residentes. Las quejas apuntaban a que su comportamiento, caracterizado por el ruido y el constante ir y venir de personas, era incompatible con la paz que buscaban los empresarios que viven en el complejo.

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