Cuenta en 'First Dates' cuántas horas dura en la cama y la reacción de su cita da la vuelta a España: "Tendría que comprobar"

Bajo la dirección de Carlos Sobera y su inconfundible equipo de camareros, el restaurante de 'First Dates' se ha convertido en el más famoso de España y en el testigo día tras día de algunos de los encuentros más variopintos , inesperados o extravagantes que se hayan llegado a ver jamás televisión española.

En el famoso plató del date show se citan parejas de todas las edades, estilos y personalidades que se encuentran allí con la esperanza de hallar el amor o, o por lo menos, de salir de allí con una experiencia memorable.

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Gracias a un fino casting el programa va seleccionando perfiles únicos que aseguren por un lado no solo entretenimiento, sino también una chispa de emoción que logre enganchar a la audiencia. 

El proceso de selección que pasan los candidatos en 'First Dates' se ha centrado en conocer a fondo los gustos, características y aspiraciones de cada candidato para después conseguir crear parejas que de una forma u otra puedan resultar irresistibles por lo menos para el espectador.

Aunque en muchas ocasiones estas combinaciones no lleguen a terminar en un romance en la vida real el equipo del programa sí que logra conseguir que estas citas sean inolvidables para las personas que están viendo la televisión y comentando las redes sociales, ya sea por sus momentos divertidos, conmovedores o incluso incómodos.

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Una de estas combinaciones exitosas en términos mediáticos fue la cita entre Diego y Lola: dos solteros que al sentarse frente a frente se hicieron compatibles de tan opuestos que parecían al principio.

Por un lado, Diego es un comercial de 32 años amante de la natación y de la naturalez y que llegó al restaurante con su cabellera larga y su entusiasmo. Describió su deporte favorito como "un deporte para filósofos" y se mostró interesado en encontrar una chica que fuera alta y de piernas largas.

Su cita fue Lola: una empresaria de 32 años que nació en Nueva York y que vive en Madrid y que comentó que era una gran admiradora del "desarrollo personal" y que le gustaban las personas que "se trabajen a sí mismas y cumplan sus metas".

Después del primer encuentro, Diego expresó en confidencia su atracción por Lola, afirmando que “me ha llamado la atención. La verdad que es atractiva físicamente y, además, la he visto con mucha elegancia femenina por su forma de andar”.

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Por su parte Lola también se mostró bastante interesada y sorprendida por la larga melena de Diego y admitiendó que aunque no era su tipo de hombre habitual sço le pareció atractivo y “me gusta”. 

Sin embargo pronto se dieron cuenta de que sus gustos diferían en algunos aspectos clave: mientras Diego es un apasionado de los deportes acuáticos, Lola confesó que no sabe nadar y que le cuesta ver la emoción en esa actividad. Sobre la a la lectura ella compartió que "fundé un club de lectura con mis amigas en Madrid" y que es una amante de la poesía, algo que no terminó de convencer a Diego, quien admitió ante las cámaras: "Justamente la poesía es lo que menos leo".

A pesar de estas diferencias los dos consiguieron encontrar un terreno común donde dar rienda suelta a su visión sobre el amor y los “cinco lenguajes del amor”. Fue entonces cuando Diego lanzó una confesión que no tardó en dar la vuelta a España: "No me gusta echarme flores, pero... una noche larga, sin dormir... plena actividad. Doce horas fácilmente". Ante esta sorprendente revelación Lola se mostró visiblemente sorprendida, pero lejos de retraerse, respondió divertida que "tendría que comprobar si es cierto lo que dice".

Al final de la noche, ambos decidieron que querían volver a verse. Diego, quien acaba de mudarse a Madrid comentó que sin duda quería disfrutar de una segunda cita: “Creo que hay muchas más cosas que quiero conocer de ti. Además, acabo de venir a vivir a Madrid y me parece genial haberte conocido”. Lola que estaba cautivada por la personalidad y las palabras de Diego también coincidió en que todavía les quedaban muchos más temas por explorar de los que habían hablado en la cena y accedió a un segundo encuentro.

Las redes sociales se han llenado de comentarios haciendo referencia a las doce horas que dice Diego que aguanta en la cama