Si hay un programa más visto que 'Pasapalabra' en la televisión española, ese es 'La Ruleta de la Suerte': al igual que el éxito de las tardes, este clásico que acompaña a los españoles a la hora de la comida comenzó a emitirse en Antena 3, después pasó a Telecinco y finalmente ha vuelto a Antena 3 donde Jorge Fernández lleva presentándola desde 2006, más de quince años seguidos.

En 2020, 'La Ruleta de la Suerte' alcanzó su récord de audiencias: con 2.112.000 espectadores y un 15,8% de cuota de pantalla: todo un éxito para Antena 3 y la casa que acoge a la cadena, Atresmedia.

Pero no todo va a ser un camino de rosas, al igual que cualquier programa de televisión mayoritario, al final surgen conflictos con la audiencia como el que ha llevado recientemente a pedir la cabeza de uno de los colaboradores más habituales.

Evidentemente, no se trata de todo el mundo: una pequeña parte descontenta de los espectadores está haciendo mucho ruido en redes sociales para conseguir que esta persona salga del programa, pero en realidad son muchas más las personas que ven el programa silenciosamente todos los días y que seguramente no tienen la misma opinión sobre el futuro profesional de este colaborador.

Jorge Fernández.

La persona que está creando el conflicto en 'La Ruleta de la Suerte' no es ni más ni menos que Joaquín Padilla: el cantante que, junto a su banda, anima todos los días el concurso más visto del medio día y que también tiene su propio grupo de música, llamado Iguana Tango.

Algunos comentarios, han pedido cruelmente la salida de este colaborador de 'La Ruleta de la Suerte', a pesar de todas las temporadas que lleva acompañando la emisión: "De verdad, no vais a tener menos audiencia por cambiar al cantante. Al contrario, os verá más gente. Es insoportable oírle. Es que ni entona", ha comentado un seguidor.

Entre las canciones más escuchadas de Iguana Tango están 'Te Perdí' u 'Olvídate de mí', dos temas que se han desarrollado de forma independiente a la carrera musical de Joaquín Padilla en la televisión.

El motivo por el que piden la cabeza de este simpático cantante no está claro: sencillamente, parece que hay quienes pretenden hacer de sus gustos personales un criterio de selección laboral. O peor: de despido.