La serie Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer, basada en el personaje conocido como El carnicero de Milwaukee, le ha traído cola a Netflix. La ficción de Ryan Murphy (American Horror Story) presenta al personaje como un hombre homosexual, interpretado por Evan Peters. Jeffrey Dahmer fue un asesino en serie y un delincuente sexual que torturó, mató y descuartizó a 17 hombres y adolescentes en la década de los ochenta. Conservaba partes del cuerpo de sus víctimas o todo el esqueleto y practicaba la necrofilia y el canibalismo. El Monstruo de Milwaukee, que murió en prisión en 1994 asesinado a golpes por otro convicto, fue condenado a 16 cadenas perpetuas.

A la plataforma de streaming le han llovido las críticas desde el estreno de la serie el 21 de septiembre por incluir la etiqueta LGTBI, dado que son muchos los que han criticado que debería utilizarse esa clasificación solo para producciones inclusivas o que muestran al colectivo de una manera positiva -como Sex Education-, mientras que Dahmer, además, compartía la etiqueta LGTBI con la de "siniestro, psicológico, horror, crimen antiguo y oscuro".

"Esta no es la representación que estamos buscando", lamentaban muchos espectadores del colectivo en redes sociales. Finalmente, Netflix ha tomado una determinación. Ha decidido eliminar dicha etiqueta. Lo hizo oficialmente el pasado 23 de septiembre, según confirma el medio estadounidense Variety.

Esta no es la única polémica que ha generado la ficción basada en hechos reales, pese a que se ha convertido en el mejor estreno de la plataforma desde la cuarta temporada de Stranger Things, además de ser una de las series más vistas del catálogo tan solo una semana después de su estreno. Mientras que existen quejas por "la glorificación criminal" que algunos han entendido ver en la ficción, los familiares de las víctimas del asesino en serie han declarado públicamente su tristeza por "hacer dinero con esta tragedia. Eso es codicia". Concretamente, estas palabras fueron pronunciadas por Rita Isbell, la hermana de Errol Lindsey.

Isbell no pudo evitar sentirse mal, "especialmente cuando me vi a mí misma, cuando vi mi nombre en la pantalla y esta señora diciendo palabra por palabra exactamente lo que dije". "Su cabello era como el mío, tenía la misma ropa (...) Me trajo de vuelta todas las emociones que estaba sintiendo en ese momento. Netflix debería haber preguntado si nos importaba o cómo nos sentíamos al hacerlo".