Un 'reality' extremo que emite la cadena de televisión W9 ha provocado una gran polémica en Francia acerca de si todo vale en este tipo de programas para rebajar la dignidad de los concursantes.

En Dilemme participan dos equipos que, por conseguir el premio final de 300.000 euros, compiten entre sí mediante retos psicológicos o físicos. La joven concursante Ophélie Kelly se vio obligada a convertirse en el perro mascota de una de sus compañeras para que su equipo no perdiera una prueba.

Durante el desafío, la rubia Ophélie tuvo que comer de un recipiente para mascotas, arrascarse como los canes, ladrar e incluso ir al baño con una correa atada al cuello. Aunque cumplió el desafío, la concursante terminó llorando anunciando que decidía dejar el programa con la excusa de que había dejado de ser ella misma.

La emisión del programa ha provocado la polémica en Francia, donde el organismo encargado de los contenidos audiovisuales ha lamentado que "un ser humano ha sido rebajado al nivel de un animal, recibiendo un trato humillante y degradante".

La cadena se ha defendido señalando que Ophélie podía haberse negado a realizar la prueba y que no fue coaccionada. Mientras, la productora de Dilemme, Alexia Laroche Joubert, ha admitido que no participaría en un concurso de este tipo.