Esta semana propongo una ruta diferente. Una excursión en coche por las Tierras Altas de Lorca. Un paisaje lleno de pinos y viñas será nuestro compañero de viaje.

Nuestro destino de la semana es uno de los rincones más desconocidos de la geografía regional, ya que históricamente han sido lugares mal comunicados y, por lo tanto, sus accesos no han invitado a conocerlos. Pero lejos de convertir este detalle en un problema, han resultado ser, a la larga, el condimento idóneo para preservar paisajes y costumbres que ahora resultan mas que interesantes.

La población de Coy será nuestro punto de encuentro; un pueblo que tiene en sus vinos elaborados en sus caseras bodegas, y sobre todo en sus maravillosas jarapas, parte principal de su economía. Un pueblo que miró a Francia en época de emigración, y que mira ahora el futuro con los ojos abiertos de par en par desde su privilegiada situación. Dicen que el idioma de Robespierre se habla en casi todas las casas del pueblo.

Itinerario recomendado

Si bien el destino final merece la pena, es el camino que nos llevará hasta esta localidad lo que hace que esta ruta sea diferente.

Iniciaremos nuestra ruta desde la población de Bullas, y permítanme recomendarles que, si pueden y quieren, hagan noche en un lugar que está llamado a convertirse en referencia nacional del turismo de interior. En el Centro de Agroecología y Medio Ambiente, ubicado en el paraje de La Rafa, y junto al camping del mismo nombre, encontrará un espacio diferente, donde el buen gusto, la integración y las nuevas energías renovables le recibirán con la mesa puesta.

El camino que tomaremos deberá seguir dirección al famoso Salto del Usero, lástima que este lugar en los últimos tiempos esté deteriorándose sin que nadie haga nada por preservarlo. No sé si corresponde al Ayuntamiento, al Ministerio o a la Comunidad, pero sería conveniente que alguien hiciera algo antes de que sea demasiado tarde y se pierda una referencia paisajística regional.

Pero continuemos… Una vez en este cruce, dejaremos el camino del Salto de Usero a nuestra izquierda para tomar el camino de la derecha, un camino que se dirige a la zona conocida como El Azeniche. En unos dos o tres kilómetros (mala carretera), las primeras viñas nos empiezan a escoltar, y tras unos seis kilómetros, un nuevo cruce podría equivocarnos en nuestro trayecto. Nosotros tomaremos el camino de la izquierda, y enseguida un bosque plagado de pino y viñas nos recibirá.

Justo al salir de este magnífico bosque de pinos, y tras pasar una pequeña rambla, las Tierras Altas de Lorca se muestran ante nuestros ojos en todo su esplendor. Después de unos seis kilómetros, un cruce nos indica el camino de Coy, a nuestra derecha. Tan solo unos metros antes de llegar a esta población, otro cruce podría confundirnos, pero no se preocupe, ambos caminos llevan al centro de la población. Yo recomiendo seguir recto y entrar por la playa artificial de Coy (muy al estilo de algunas playas del norte de España y Centroeuropa, que aprovechan sus ríos).

Una vez en Coy, y tras visitar la población donde podréis adquirir sus famosas jarapas a muy buen precio o pasear por su Alameda, reservad en el Bar de Jesús un pulpo al horno o un asado de cordero, y si encima hay sitio en el sótano del bar, os dará pereza hasta salir para emprender el camino de vuelta.

Recomendaciones: Calzado cómodo. Dificultad: baja. Mejor época: en invierno y otoño, pero sobre todo cuando nieva. Durante las fiestas del pueblo la iglesia cierra.