Se alivia la presión en los hospitales de la Región y, de forma paralela, se alivian las restricciones que sufren los ciudadanos en aras de tratar de frenar los contagios de coronavirus. Las terrazas están abiertas y los murcianos las han cogido con gusto, y lo mismo pasa con viajar: pica el gusanillo ya. A falta de poder moverse por Europa o al menos España, la provincia se convierte en una buena opción a descubrir. Entre los 39 municipios murcianos que están abiertos ya se puede desplazar uno, por lo que este primer domingo tras el levantamiento perimetral un plan puede ser ese: conocerlos.

Floración en el paraje. E. Soler

1. Las Fuentes del Marqués, en Caravaca de la Cruz.

Un clásico. Uno de los enclaves más bonitos de la Región, ahora con su floración en ciernes. Con una superficie de más de 17 hectáreas, el paraje de aguas cristalinas y árboles monumentales está a apenas dos kilómetros del casco urbano de Caravaca de la Cruz. Se puede acceder a él bien en coche, tomando por la avenida de los Andenes y luego por el Camino de Mayrena o bien andando por el Camino del Huerto. Ofrece al visitante la paz de cuatro manantiales, cuya procedencia son los acuíferos existentes en los macizos calcáreos de las sierras colindantes. Este conjunto de manantiales es considerado el más importante en la Región de Murcia por su caudal y la calidad de sus aguas.

Villa Rosalía, en Librilla. Ana Lucas

2. La Casa Méndez, en Librilla

Es una mansión de cuento que inspira historias. En la Casa Méndez (o Villa Rosalía) ya no vive nadie. La que fuera una imponente mansión edificada a principios del siglo XX es ahora un vestigio silencioso que, oficialmente, sigue en manos privadas (las de la familia Méndez). Si sus dueños no la arreglan, el Ayuntamiento tampoco puede, al no tratarse de un BIC. La imponente vivienda, eso sí, sigue de pie, y acercarse a verla es un plan diferente. No esperen visita guiada: está en ruinas y se dice, se comenta, que dentro habitan seres sobrenaturales...

Calblanque, el encanto de lo salvaje.

3. Calblanque, el encanto de la playa sin chiringuitos

Dado que se trata de un Espacio Natural Protegido, cuesta trabajo llegar a algunas de las zonas y los chiringuitos destacan por su ausencia. En el Parque Natural de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña vive el halcón peregrino y, con el buen tiempo, cada vez más el ser humano, aunque sea un rato y en contacto salvaje con la naturaleza. Sus playas vírgenes son joyas y, como pertenece a Cartagena, ya se puede ir. Han levantado también el confinamiento.

Erosiones de Bolnuevo.

4. Bolnuevo, en Mazarrón

Las Gredas de Bolnuevo o Erosiones de Bolnuevo se encuentran en un enclave de excepción al pie del espacio natural protegido de la Sierra de las Moreras. La rareza y belleza de su caprichoso modelado, lo sitúan entre los lugares de mayor interés paisajístico, cultural y científico de la Región, detalla la web visitamazarron.com. En realidad son un relieve sometido a continua transformación. Su perfil ha sufrido un desgaste por la acción erosiva del viento y el agua, pero este no ha sido uniforme debido a que sus materiales presentan distintos niveles de resistencia. Resultado: una verdadera ciudad encantada.

Detalle de la Plaza de España. Miguel H. Valverde

5. Lorca, una visita a la Ciudad del Sol

Es una de las ciudades más monumentales de la Región, con Castillo y fantasmas incluidos. Cuenta una leyenda que por las noches, en la escorzada escalera de sillería que conduce a la planta principal del Palacio de Guevara, se oyen los cascos de un caballo, el de don Juan de Guevara, quien mandara construir la Casa Palacio allá por el año 1694. Los que lo han oído aseguran que se trata de don Juan de Guevara, que cada noche abandona su descanso eterno para volver a la casa que mandó levantar y que apenas disfrutó unos años junto a su esposa, doña Isabel.