En muchos hogares de España la cena del viernes está reservada para la pizza. Es el capricho por excelencia de la semana en el momento de más cansancio. Pero lo cierto es que cualquier excusa vale para darse un homenaje. Aunque en las grandes superficies hay multitud de opciones para sacarlas del paquete y meterlas en el horno, siempre es mejor hacerla de cero en casa.

Aunque las pizzas más típicas son al estilo italiano, no son las únicas que existen y que tienen fama. Sin ir más lejos, en Estados Unidos no solo se dedican a las hamburguesas, sino que también hay auténticos templos dedicados a la pizza. Puede que donde más se la venera sea en Chicago, aunque las que se hacen allí tienen poco que ver con las típicas romanas o napolitanas. Solo tienen en común que constan de una masa y que llevan una salsa de tomate. Y que se preparan en el horno. Por lo demás, las separan kilómetros de distancia, como a sus lugares de origen.

A pesar de que pueda parecer complicado, hacer una pizza al estilo Chicago, esa que tiene parte de pizza y parte de tarta salada, no es tan complicado. Eso sí, lleva su tiempo. Aquí proponemos una receta con un relleno a base de pepperoni, el clásico, pero se puede condimentar al gusto sin ningún límite: 'pulled pork', atún, jamón... Cualquier opción es buena. Lo que no se debe perder de vista es que el secreto del éxito está en la salsa de tomate.

Una pizza al estilo Chicago. Shutterstock

Ingredientes

Para la masa

  • 300 gramos de harina de trigo
  • 70 gramos de harina de maíz
  • 10 gramos de levadura
  • Cuatro cucharadas de aceite de oliva
  • 250 mililitros de agua tibia
  • 10 gramos de sal

Para la salsa de tomate

  • 250 gramos de tomate triturado
  • Un buen chorro de aceite de oliva
  • Una cucharada de orégano
  • Una cucharadita de sal
  • Una cucharadita de azúcar

Para el relleno

  • Pepperoni al gusto
  • Una bola de mozzarella
  • 50 gramos de queso provolone

Preparación

  • El primer paso es preparar la salsa de tomate. Para hacerlo es tan sencillo como calentar aceite en una sartén y echar el tomate, la sal, el azúcar y el orégano. Hay que dejarlo a fuego medio al menos media hora o hasta que se haya reducido más o menos hasta la mitad. Hay que tener mucho cuidado ya que el tomate salpica con facilidad y alcanza una temperatura muy alta, por lo que puede causar quemaduras. Para evitarlo, lo mejor es tenerlo tapado. Una vez listo, dejar templar.
  • Después llega el turno de la masa. Para ello hay que mezclar el azúcar, el agua, el aceite, la levadura y la harina de maíz. Una vez integrado, dejar reposar unos diez minutos. Cuando haya transcurrido este tiempo es el momento de empezar a integrar la harina de trigo y la sal. Una vez se haya formado una bola compacta toda dejar la masa reposar a temperatura ambiente durante una hora.
  • Tras esto llega el momento de estirarla. Una vez lista, hay que colocarla en un molde de tartas para que tenga ese borde tan característico de la pizza al estilo Chicago. Una vez listo, hay que meterla al horno a temperatura alta (220 grados) durante unos siete minutos para que se seque.
  • Entonces es el momento de hacer la pizza. En el fondo debe ir la mozzarella cortada en rodajas. Inmediatamente después se coloca el pepperoni y después el provolone. Todo esto se debe cubrir con la salsa de tomate, que debe ser muy abundante. El último toque es rallar un poco de queso parmesano por encima.
  • Se debe hornear a 220 grados durante 25 minutos.