Las rosquillas son uno de los platos más tradicionales que hay en nuestro país y que, sin embargo, no se suele cocinar mucho en las casas si no son fechas especiales como la Semana Santa. Este es un dulce tradicional y típico de esta festividad, aunque también se preparan en otras fechas como puede ser la fiesta de Todos los Santos.

Además, esta receta la hemos ido cambiando por un plato "más moderno" y que proviene de otro país como son los donuts o donetes. Sin embargo, las rosquillas tienen una textura un poco más esponjosa y el toque a cítrico lo convierte en un dulce un poco más ligero.

A continuación, te contamos cómo preparar unas deliciosas rosquillas caseras con las que dejarás de lado otros dulces.

Ingredientes

  • 500 gramos de harina de trigo
  • 150 gramos de azúcar
  • 16 gramos de levadura química
  • 50 mililitros de leche
  • 15 mililitros de licor de anís dulce
  • 4 huevos
  • 90 mililitros de aceite de oliva virgen extra
  • La ralladura de un limón y de una naranja
  • Aceite de girasol o de oliva muy suave para freír las rosquillas

Elaboración

En un bol batimos los huevos con el azúcar hasta que se monten un poco. A esta mezcla vamos añadiendo, poco a poco, la leche, el anís, el aceite y las ralladuras de los cítricos, que habremos rallado previamente sin llegar a la parte blanca y solo la parte superficial. Mezclamos los ingredientes hasta que quede todo bien integrado.

Por otra parte, mezclamos la harina y la levadura química. Estos ingredientes los iremos añadiendo de poco a poco a la mezcla líquida para conseguir una masa homogénea. Finalmente, la masa que obtendremos le podremos dar forma y moldear con las manos. Esta masa la dejaremos reposar durante una hora en la nevera envuelta en papel transparente.

Una vez hayamos dejado reposar la mezcla, ponemos en una sartén el aceite para que se caliente. Si queremos aromatizar este aceite, podemos poner dos tiras de la cáscara de un limón, que dejaremos durante 10 minutos y a fuego bajo.

Para darle forma a las rosquillas, untaremos con un poco de aceite una parte de la encimera de la cocina y nuestras manos para que no se pegue la masa y sea más fácil moldearla. Iremos haciendo bolas, más o menos parecidas y del mismo tamaño, y luego les haremos un agujero por el medio.

A la hora de freírlas en el aceite, lo haremos teniendo mucho cuidado para que no se quemen. Cuando las rosquillas estén doradas por ambas partes, las colocaremos sobre un papel absorbente de cocina para que absorba todo el aceite sobrante.

Una vez estén ya fritas todas las rosquillas, las podemos ir pasando por un plato con azúcar glas o hacer un glaseado de limón para bañarlas. ¡Ahora ya solo quedaría disfrutar de las mejores rosquillas caseras!