Son tiempos difíciles en los hogares a causas de la crisis de precios. Además, la Navidad está a la vuelta de la esquina, momento en el que se desperdicia muchísima comida. Una forma de ahorrar en la cesta de la compra es congelar los alimentos para tener un pequeño almacén de productos a utilizar.

Así pues, la congelación de la comida no es tan simple como meter cualquier cosa en el congelador y ya está. Para que los alimentos mantengan sus propiedades y estén en buen estado a la hora de descongelarlos hay que seguir una serie de pasos que te detallamos a continuación.

Recipientes y bolsas de congelación

No es recomendable congelar los productos en cualquier recipiente o bolsa, ni en las bandejas en las que vienen directamente. Lo mejor para que la comida se mantenga en perfecto estado es usar bolsas o tápers concretos, especiales para este proceso.

Cuando se utilizan estos envases se debe retirar todo el aire antes de sellar las bolsas de congelado y distribuir los alimentos en pequeñas cantidades, ya sea para una receta o por unidades, de manera que solo tengas que descongelar exactamente lo que necesites cuando vayas a cocinar. También se debería anotar la fecha en la que ha sido congelado y lo que es. Otra recomendación es dejar espacio entre los paquetes en el propio congelador para que corra el aire.

Congelar el pescado

A la hora de congelar el pescado hay que hacerlo después de limpiarlo muy bien. Tras quitar escamas y vísceras lo mejor es pasarlo por agua, secarlo bien y envolverlo en papel film, de plata o meterlo en una bolsa de congelación.

Cuanto antes se congele mejor, para que se mantenga lo más fresco posible.

Lava muy bien el pescado antes de congelarlo. ShutterStock

Un truco es guardarlo ya dispuesto para el plato que vayas a preparar: entero si vas a hacerlo al horno sin más o a la plancha, en lomos si lo vas a consumir así...

Congelar marisco

Son muchos los que adquieren piezas de marisco para consumir en las fiestas navideñas antes de tiempo, cuando están a un precio más asequible, por lo que congelarlo es obligado.

En el caso de que se trate de bivalvos, como almejas, berberechos, etc... lo mejor es envasarlos al vacío crudos. Por el contrario, los crustáceos se deben congelar ya cocidos.  En el caso concreto de las centollas, deben almacenarse con las patas para arriba, de manera que no puedan perder el caldo de su interior.

Los langostinos se congelarán dependiendo de cómo se vayan a consumir. ShutterStock

Por último, langostascigalas, gambas y bogavantes se pueden congelar cocidos o crudos dependiendo de cómo vayan a prepararse. Si se van a cocinar a la plancha, lo más adecuado es que estén crudos.

Congelar la carne

La carne, al igual que el pescado, se debe congelar en el formato que después se vaya a consumir.  Por lo que respecta a la carne picada, los chorizos y las salchichas, su tiempo máximo de congelación es de dos meses, mientras que las carnes magras entre seis y 12 meses y las carnes grasas entre tres y seis meses.

La carne congelada es recomendable consumirla antes de tres meses. ShutterStock

Los platos de carne cocinados se pueden almacenar en tápers de congelación y la carne cruda en film o bolsas.