Con la llegada del otoño, vuelve uno de los alimentos de temporada más deseados de estas fechas: las setas. Protagonistas de infinidad de recetas, en este momento del año proliferan en los campos y bosques de nuestra geografía, dispuestas para su recogida y consumo. Sin embargo, hay ciertas peculiaridades que deben tenerse en cuenta a la hora de su preparación y que no todo el mundo conoce.

Cómo limpiar las setas

El primer consejo es evitar en todo momento limpiar las setas con agua. Esto es, no deben introducirse en un bol ni colocarse debajo del chorro del grifo. El motivo es que absorben el agua y modifican notablemente su textura y su sabor, por lo que a la hora de consumirlas, no se percibirán igual. Además, al ser cocinadas volverían a soltar el agua, afectando también al sabor del resto de alimentos presentes en el proceso, como carnes o verduras.

La mejor forma de limpiar las setas es ayudarse de un pincel o de una brocha suave, con el fin de cepillar con delicadeza las setas para retirarles los restos de tierra y vegetales adheridos. La forma irregular de las setas y sus pliegues profundos no ayudan a su limpieza, pero las cerdas del pincel servirán para alcanzar todos sus rincones con la máxima eficacia.

Posteriormente, se puede emplear un trapo húmedo para frotar con suavidad las setas y un pelador o una puntilla para retirar las partes indeseadas para el consumo, con el fin de aprovechar al máximo el producto.

Limpiar las setas con agua no es aconsejable. Shutterstock

Cómo conservar las setas

Si el alimento no va a ser consumido de inmediato, sino en días posteriores, es aconsejable seguir una serie de pautas para que no pierda sus propiedades y se mantenga en el estado óptimo. La primera recomendación sería utilizar recipientes abiertos, ya que en los cerrados (tuppers, etc.) el agua que contienen se condensará y estropeará su textura.

El recipiente debe además cubrirse en su parte inferior por una servilleta o un paño fino, con el fin de protegerlas de la sequedad que conllevan los frigoríficos, toda vez que es aconsejable mantener este alimento en frío para que no se estropee en ambientes excesivamente secos o calurosos.

Cada tipo de setas requiere un cocinado diferente. Shutterstock

Cómo cocinar las setas

Cada tipo de seta tiene sus particularidades a la hora de ser preparada. Eso sí, muchas de ellas no son aptas para comer en crudo. Incluso, cuando sí lo sean (boletus, por ejemplo) es aconsejable no consumir una gran cantidad para evitar posibles intoxicaciones.

Otros tipos de setas como los rebozuelos o las trompetas de la muerte aguantan mejor cocciones simples, como los salteados o los confitados. Si tus gustos van encaminados hacia los revueltos u otros tipos de platos semejantes, sin excesiva complejidad, este será el camino que debas elegir para su preparación.

También hay setas como los níscalos o la lengua de vaca que son más favorables a una cocina a través de guisos, platos más complejos con sabores más potentes, que hacen que el contraste con estos hongos sea más agradable al paladar.