Junto a verdísimas matas de marihuanauna alfombra de amapolas blancas tapiza de marzo a septiembre el extenso terreno de Pago Guijoso, la finca de la familia de Antonio Conesa de dónde surgen laureados vinos afrancesados, un queso único en el mundo madurado sobre tablas de sabinas milenarias, vegetales y hortalizas que nutren las estanterías y hasta las almendras que rellenan los bombones que durante años ha publicitado Isabel Preysler.

Venados, jabalíes, conejos, ciervos, perdices, zorros y linces ibéricos comparten este hábitat único, en pleno Campo de Montiel a 1.100 metros de altitud, con caballos, ovejas de pura raza manchega, cerdos y gallinas ponedoras que abastecen con sus huevos ecológicos los mercados más selectos y la propia hacienda albaceteña. “Son más de 3.000 hectáreas dedicadas al cultivo y la ganadería más cuidada”, explica Pedro Carrascosa, director de la Bodega Familia Conesa, uno de los veinte selectos Pagos de España, dedicado a producir vinos que brotan de viñedos protegidos por guijarros. De ahí el nombre de Pago Guijoso.

Pero Conesa no solo quiere alimentar y alegrar el alma con sus productos libres de pesticidas, sino que se ha convertido en el único grupo empresarial autorizado a mantener una enorme plantación de marihuana de más de 36 hectáreas para usos medicinales y terapéuticos. A este cultivo se suman las 100 hectáreas de amapola adormidera de Pago Guijoso, el opio legal, del que los laboratorios obtienen morfina, codeína y tebaína. Todo supervisado por los ministerios de Interior y Sanidad y bajo un férreo control durante el proceso que comienza con la plantación de las semillas hasta la recogida de las plantas curativas que son transformadas en la empresa española Linneo Health, líder en el tratamiento de medicamentos con opiáceos y marihuana para mitigar los dolores más extremos.

Y si estas plantas curan, los vinos de Pago Guijoso animan comidas y alargan sobremesas con unas características únicas por la altitud a la que crecen la viñas y los guijarros mineralizados que las protegen del frío y del calor extremo de la zona. El viñedo, diseñado por el gurú mundial de la viticultura, el australiano Richard Smart, se extiende a lo largo de 122 hectáreas. En los hilos de las uvas tinas, Carrascosa muestra las cabernet sauvignon, merlot, syrah, tempranillo garnacha y petit verdot.

Para los vinos blancos Pago Guijoso mima sus chardonnay, sauvignon blanc y viognier. El suelo de Guijoso es muy parecido al de la zona de Châteauneuf-du-Pape, en el Ródano meridional del sureste de Francia, donde se producen vinos reconocidos en todo el mundo.

Entre los 10 mejores Chardonnay del mundo

Doncella Chardonnay 2019 de Familia Conesa-Pago Guijoso fue elegido Mejor Chardonnay de España 2020 y uno de los diez mejores del mundo en el concurso internacional Chardonnay du Monde. La Doncella tiene sus versiones en blanco -a partir de uva chardonnay-, rosado –‘coupage’ de tempranillo y syrah- y tinto -monovarietal de tempranillo, una de las dos uvas tintas principales del pago.

Doncella Chardonnay 2019 de Familia Conesa-Pago Guijoso ha sido elegido Mejor Chardonnay de España 2020.

En una zona del viñedo, Conesa y el Ministerio de Agricultura investigan la evolución de la uva zinfandel en tierras albaceteñas, la uva de los mejores vinos de California. Enfrente, 12 hilos señalan cepas excelentes de todo el mundo, entre ellas la trincadeira o la tannat, para ver su adaptación al ‘terroir’ de la hacienda. “No obstante la tendencia ahora es recuperar variedades autóctonas que desaparecieron con la filoxera”, añade Pedro Carrascosa al tiempo que anuncia el lanzamiento para Semana Santa de otro chardonnay, Finca La Sabina, un blanco con 5 años de barrica de roble francés.

Queso único en el mundo

En la ganadería de Conesa, más de 4.000 ovejas aportan la leche con la que obtiene su queso manchego 'Hacienda de Guijoso'. Elaborado con leche de ovejas de raza manchega pura y con el balsámico aroma a madera de sabina, la misma que los romanos empleaban para protegerse de las malas energías y purificar los ambientes. Así es el queso manchego ‘Hacienda de Guijoso’, el único del mundo que se cura sobre tablas de madera de estos árboles milenarios, testigos de excepción de la historia de Pago Guijoso.

Como los mejores quesos del mundo, los de ‘Hacienda Guijoso’ maduran bajo tierra, en las cavas de la finca.

Como los mejores quesos del mundo, los de ‘Hacienda Guijoso’ maduran bajo tierra, en las cavas de la finca, a humedad y temperatura naturales. Durante su curación reposan hasta 13 meses sobre tablas de madera de sabina recicladas de un antiguo techado de una de las naves de la centenaria quinta, una madera de excelente calidad tanto por su resistencia, como por el aroma que desprende y transmite a los quesos.

Los quesos 'Hacienda Guijoso' proceden de una ganadería propia formada por más de 4.000 ovejas de raza pura manchega. En El Guijoso, las ovejas se alimentan con un exclusivo menú de alto nivel en proteínas y grasas compuesto de 14 alimentos ecológicos cultivados en la propia finca (trigo, cebada, soja, ray-grass, guisantes, maíz, brócoli, coliflor…) que se les sirve con la humedad adecuada para favorecer la digestión y el máximo bienestar del animal. La leche ordeñada en el día se recoge por la noche para que las altas temperaturas diurnas no interfieran en su calidad y se procesa a la mañana siguiente bien temprano para que no pierda sus cualidades organolépticas y nutricionales.

"Aquí lo mimanos todo para garantizar que lo que llega al consumidor sea cien por cien ecológico, saludable y exquisito", concluye Pedro Carrascosa de camino a la bodega donde custodia con celo las botellas de sus preciados vinos.