Aunque siempre tendemos a elegir la clásica barra de trigo blanco de toda la vida, actualmente podemos encontrar infinidad de tipos de pan con los que acompañar nuestras comidas para que resulten mucho más variadas, ricas y divertidas. Para celebrar el Día Mundial del Pan, que se celebra este sábado, te enseñamos a escoger cuál es el más adecuado para nuestra dieta, el que mejor nos sienta o la ocasión en la que se va a consumir, ya que no todos los panes maridan a la perfección con todo tipo de alimentos.

"Debemos hacer caso a la tradición porque casi siempre suele acertar, pongo como ejemplo el pan integral. Cuando hace siglos el pan era prácticamente integral y no se tenían los conocimientos de nutrición que tenemos ahora, a los niños muy pequeños se les intentaba dar pan blanco, y eso se debe a que el pan integral cuesta más de digerir que el de harina refinada. O el caso del jamón ibérico: normalmente el jamón suele acompañarse de picos de trigo blanco porque realmente es el complemento ideal que no solo resalta el sabor del jamón, sino que su textura crujiente pone el contrapunto a la jugosidad de la carne", señala el panadero artesano Moncho López.

  • El pan blanco, el de toda la vida, debe tener la corteza dorada y la miga alveolada, esponjosa, es ideal para acompañar embutidos curados como el jamón, el lomo embuchado y también guisos. Nutricionalmente, ayuda a reducir peso ya que sacia bastante siempre que se consuma moderadamente. Además, contiene hierro y calcio.
  • El pan de trigo integral tiene un intenso sabor a cereales, es crujiente y posee una miga bastante compacta. Se puede tomar solo con un chorrito de aceite de oliva aunque también es perfecto para acompañar el tomate y el aguacate. Si además le añadimos semillas tendremos una fuente ideal de ácidos grasos poliinsaturados y un aporte extra de minerales como el calcio y la vitamina E (antioxidante). Ideal para la etapa de la menopausia y para ayudar a prevenir enfermedades coronarias.
  • El pan de centeno cuya miga es algo ácida es idóneo para alimentos grasos como los pescados ahumados y también para verduras un poco amargas como la endivia y las espinacas. La harina de centeno tiene menos calorías y más fibra que la de trigo.
  • El pan de maíz de color amarillo con una miga blanda, de alveolado pequeño y con un toque dulce es adecuado para las carnes rojas, pero sobre todo para mermeladas, mantequillas o carne de membrillo, ya que está a medio camino entre el pan y el bizcocho. Se trata asimismo de un pan sin gluten por lo que es apto para celiacos siempre que no esté mezclado con otras harinas y no contenga trazas de las mismas.
  • El pan de espelta es muy energético, pero aporta menos calorías que el elaborado con la harina de trigo clásica, su consumo diario ayuda a disminuir los niveles de colesterol y regula el metabolismo. Causa menores problemas alérgicos que el trigo y gracias a su alto contenido en triptófano, estimula la producción de serotonina.
  • El pan de trigo sarraceno, trigo negro o alforfón posee incuestionables propiedades nutricionales. Al no ser un cereal, no contiene gluten y es por tanto apto para celiacos y además, tienen un alto contenido en proteínas biodisponibles, por lo que es perfecto para dietas veganas y vegetarianas. Su sabor es muy particular, no del gusto de todos los paladares, pero combina muy bien con ahumados, patés, salazones, queso y guisos.