Tan ricas que resultan un picoteo irresistible para todos los públicos. Super crujientes por fuera, sabrosas y tiernas por dentro. Le ponemos especias y pimentón. Si sois valientes y guerreros o guerreras, como yo, picante y dulce mitad y mitad. Si no sois amantes del picante, utilizad solo dulce.

Acompañadas de varias salsas que os gusten, son el aperitivo o guarnición ideal. ¡Desaparecen del plato por arte de magia!

Ingredientes

-1 kg de patatas nuevas de tamaño pequeño

-Aceite de oliva

-Sal al gusto

-Pimienta negra molida

-2 - 3 cucharadas soperas de orégano

-2 - 3 cucharadas soperas de hierbas provenzales

-3 cucharadas soperas de pimentón (dulce y picante a partes iguales, o solo dulce si no os gusta el picante)

-60 g de harina de trigo

Elaboración

1. Lavamos muy bien las patatas con su piel con un cepillito y luego las secamos con papel de cocina.

2. Las cortamos en cuartos transversalmente y las ponemos en un escurreverduras.

3. En un recipiente o tupper con tapa ponemos la sal, pimienta negra molida, pimentón dulce y picante, orégano, las hierbas provenzales y la harina.

4. Mezclamos todos estos ingredientes con una cuchara y añadimos las patatas cortadas en cuartos bien secas.

5. Tapamos el recipiente y lo agitamos enérgicamente dándole la vuelta varias veces para que las patatas se impregnen bien con todas las especias que hemos puesto.

6. Freímos las patatas en abundante aceite de oliva caliente, jugando con la temperatura del aceite. Primero bien caliente y a media cocción, bajamos un poquito la temperatura y al final la subiremos de nuevo. Las patatas quedarán crujientes por fuera, hechas por dentro y nada aceitosas.

7. Escurrimos y ponemos las patatas sobre papel absorbente y servimos acompañadas de las salsas que más nos gusten: ketchup, mostaza, tomate, mostaza miel, mayonesa, etc...