Según ha informado este viernes el Teatro Romea, la obra La Gaviota ha sido suspendida por indisposición de una de sus actrices. La devolución de las entradas adquiridas de forma presencial y por teléfono se puede solicitar en taquilla (abierta de martes a viernes, de 11 a 13:30 y de 17:30 a 20:30 horas). En el caso de las compradas a través de internet, la devolución se realizará de forma automática.

La gaviota de Chejov habla sobre el teatro y sobre quienes lo hacen. Por eso, cuando Àlex Rigola se reunió por primera vez los actores que iban a protagonizar su particular versión de este texto, les advirtió: era el momento de exponer «de forma dolorosa» su propia biografía sobre el escenario, de mezclar su experiencia con las líneas que ideó el dramaturgo ruso en el siglo XIX y que esta noche resonarán en el Teatro Romea de Murcia; aunque, eso, con algunos cambios para adaptarse de la mejor manera posible al elenco de Rigola.

Y es que para montar esta pieza, el director barcelonés ha utilizado el mismo «decálogo» de construcción que siguió en Vania -texto de Chejov que también hizo suyo en 2017-, un «juego» que obliga a sus actores a estar «muy presentes», a ser parte de la estructura de lo que se cuenta, aunque en esta ocasión es todo «mucho más personal» que entonces, asegura. Tanto que la información biográfica e íntima de los actores, sus anécdotas e historias, han servido para reescribir el texto.

«El que hace más daño soy yo, que soy el autor, pero con su ayuda. Es estar en vivo y presente jugando a buscar esa parte dolorosa. Ellos buscan referentes en su propia vida» para ir desgranando el original, subraya el catalán. Así, por ejemplo, cuando Nao Albet habla de su «madre», es decir, de Mónica López como lo hace Konstantin Treplyov de Irina Nikolaievna Arkadina, mezcla el texto de Chejov sobre la soberbia y tacaña mujer con datos biográficos de la actriz española.

Irene Escolar, la aspirante a actriz Nina Zarechnaya, profundamente enamorada de Konstantin, le parece que la forma de trabajar de Rigola «obliga» al actor a una revisión de sí mismo «dolorosa, pero necesaria». «Claro que te planteas cosas, ¡haces de ti pero hablando como otra! Es complicado y da mucha vergüenza cuando oyes en el escenario hablar de ti», precisa López, que también comparte escenario con Roser Vilajosana, Xavi Sáez y Pau Miró.

Eso sí, tal y como comentan los actores, se han recortado abrazos y «otras situaciones físicas» para cumplir con las medidas de seguridad que ha impuesto la pandemia. «La fuerza primigenia de la pieza hace que todo sea más o menos igual, pero queremos que se hagan todas las funciones, así que tenemos todo el cuidado y la prudencia. Todos los ensayos los hemos hecho con mascarilla», asegura el director y adaptador de la obra.