El 30 de marzo de 1985, Martínez Mengual inaugura exposición en la Sala Municipal de Exposiciones del Ayuntamiento de Cieza. La muestra se anuncia con un cartel que diseña el propio pintor; un cartel de apabullante simplicidad y eficacia: sobre fondo blanco, un plato con frutas que ocupa la mitad superior del pliego, y la firma del artista, a gran tamaño, que se intuye desde la distancia como el motivo determinante por el cual ha sido editado el afiche.

Hay tres aspectos que merece la pena destacar en el cartel descrito: la potente grafía, la fuerza del trazo, a veces una línea, otras el rastro del pincel, que de forma casi automática conforma el objeto, casi simbólico, representado; el contenido y arriesgado contraste de color que se restringe a escasas tintas, y la importancia que adquiere el fondo blanco del papel.

Estas constantes en la producción gráfica de Martínez Mengual (a veces sustituye la aplicación del color por el uso de papeles rasgados) harán de sus carteles piezas memorables, que dotarán de identidad visual a no pocas acciones culturales ¡y literarias! celebradas en Murcia.

Un aspecto donde su impronta más personal será, sobre todo, en aquellos temas vinculados al mundo del teatro y la literatura. Me satisface recordar, de forma especial, la serie de carteles realizados para difundir los Cursos de Extensión Universitaria; esas columnas jónicas, que dejan ver, sorpresivamente apoyadas sobre ellas, las distintas actividades que anuncian.

Y, si nos referimos en especial al mundo de teatro, es relevante hacer mención de su colaboración durante años con el TU de Murcia, institución para la que realizará en 1985, el mismo año de la citada exposición en Cieza, dos magníficos carteles: La Gatomaquia, anunciador de la obra de Lope de Vega, con esos dos felinos que se observan en la parte superior de un afiche dominado por la intensidad de un azul réflex, y el aquí reproducido, impreso solamente con dos tintas, que difundirá la II Semana de Teatro Universitario. En este último destacan, sobre un intenso fondo negro, sujetas a varillas, unas máscaras expresionistas en vibrantes amarillos, que podrían recordar la pintura de Antonio Saura; un cartel que nos hace preguntarnos qué más haría falta para obtener una pieza perfecta.

Pero aún me gustaría destacar otro cartel de Mengual relacionado con el teatro, el creado en 1992 para la compañía Pura Envidia: La condena del hereje, realizado con unos expresivos trazos que representan una máscara griega en fondo amarillo; un cartel que recoge bien su interés por el mundo clásico, por la luz y el ámbito geográfico y cultural del Mediterráneo oriental, especialmente por Grecia.