En 1945, la de Murcia se convierte en la primera universidad española (a excepción de la Central de Madrid) en la que se podía realizar el doctorado en Derecho. Los cursos, de periodicidad cuatrimestral, comenzaban a celebrarse en octubre, y habilitaban a quienes los aprobaran para redactar una tesis dirigida por un profesor y que, una vez realizada, debía ser remitida a la Universidad de Madrid, en la que era juzgada por un tribunal de cinco catedráticos especialistas en la materia sobre la que versaba, elegidos entre los de todas las Universidades españolas.

Los cursos estaban impartidos por Manuel Batlle, rector de la Universidad de Murcia y catedrático de Derecho Civil; Isidoro Martín, decano de la facultad; Salvador Martínez Moya, catedrático de Derecho Mercantil, y Antonio Reverte, catedrático de Derecho Civil, entre otros.

El diario Abc aseguraba que «la Universidad de Murcia ha sido la primera de España, de provincias, que solicitó tal concesión y que presentó proyectos y programas, que autorizó el Consejo Nacional de Educación».

Cuentan las crónicas que una de las bases para que se aprobaran los estudios de Doctorado fue el hecho de estar circunscrito a una especialidad determinada (el Derecho Privado) y que la Universidad contara con un Seminario de esa materia con abundante material bibliográfico (más de 4.000 volúmenes), lo que lo convertían, según los expertos, en los fondos más nutridos del país en esa especialidad.