Las inmediaciones del río Segura a su paso por Ojós, en pleno Valle de Ricote, guardan un rincón que además de albergar leyendas y misterios contienen una gran carga de interés histórico, cultural y pasiajístico. El conocido como Salto de la Novia, ubicado actualmente en la antigua carretera que une Ojós y Ulea, se rodea en sus inmediaciones de vestigios de distintas civilizaciones que en su día pasaron por el Valle de Ricote, entre los que destacan una calzada romana y distintas construcciones árabes.

Las excavacioes realizadas en el lugar a principios de la década de los 70, encabezadas por Nicomedes Carrillo, supuesieron el descubrimiento de un poblado tardorromano datado entre los Siglos IV y V d. C., aunque ya se tenía constancia de él unos veinte años antes de las propias excavaciones. Los materiales hallados se exhiben actualmente en el Museo Arqueológico Provincial de Murcia.

La leyenda tras el lugar

Este peñasco debe su nombre a una antigua y triste leyenda de la época medieval. En ella se cuenta cómo la hermosa hija del comendador de Santiago en Ricote, enamorada de un oficial cristiano y tras la muerte de su amado en batalla, se arrojó desde lo alto del acantilado muriendo entre los torbellinos de las aguas, desconsolada por la pérdida amorosa. Otra versión de la leyenda cuenta la historia de la huída tanto de la joven como de su amado, que bajo la persecución de las tropas de un rey moro enamorado de la hija del comendador, encontraron la muerte, uno a manos de las tropas árabes, y la otra en el fondo del acantilado, mientras intentaba escapar.