La foto de López reúne a los dos rectores de más amplia trayectoria en la Universidad de Murcia. Un Loustau cercano a cumplir los 71 años recibía aquel comienzo de curso 59-60, celebrado el 13 de octubre de 1959, una insólita distinción de manos del rector Batlle: el título de Rector Honorario, una recompensa otorgada, aseguraba su compañero Antonio Reverte Moreno (a la derecha de la imagen), decano de la facultad de Derecho y presidente de la Diputación, por «la gigantesca labor docente desarrollada por el doctor Loustau por espacio de cuarenta años» y por «su dilatada actuación profesional, siempre consagrada al estudio y al servicio de Murcia».

Un Loustau emocionado aseguraba en aquel acto que llevaba «a Murcia en el corazón», añadiendo modestamente que «no veo más razón para este homenaje que el hecho de ser el catedrático más antiguo de la Universidad, de la que ahora me separo, al jubilarme con verdadero sentimiento».

El rector Batlle se permitió una broma en aquel homenaje tributado a su antecesor en el cargo, asegurando que cuando se hizo cargo del rectorado, cada vez que era presentado, todos le preguntaban extrañados: «¿Cómo?, ¿Pues no es el rector don José Loustau?». Batlle realizó un recorrido por los logros de su predecesor: «Cuantas veces me he preguntado cómo debe ser un rector y un hombre de ciencia, ha surgido ante mí la figura de Loustau», aseguró, poniendo de relieve que su amor a la universidad de Murcia era tal que había cedido a la biblioteca de la Universidad todas sus publicaciones.

Loustau recibió en aquel acto, además, la Medalla de la Provincia y el título de hijo adoptivo de Murcia, en tanto que Batlle fue distinguido con la Gran Cruz del Mérito Civil.