Ahora que la incorporación de la mujer en la Universidad española es un gozoso presente es preciso recordar a las pioneras que abrieron brecha con su esfuerzo y su tesón en un mundo absolutamente masculino.

En 1915, año de la inauguración de la Universidad de Murcia, las alumnas brillaban por su ausencia. O casi. Ese primer curso tan solo una mujer estaba matriculada en el principal centro de estudios murciano: Gabriela Fernández Váquer, procedente de Filipinas.

Llama la atención la enorme preparación que tenían aquellas pioneras, casi heroínas en un mundo poblado exclusivamente por hombres. Al contrario que los alumnos, entre los que había una gradación que iba de lo mediocre a lo brillante, entre aquellas primeras mujeres sólo existía una posibilidad de convivir en un mundo masculino: ser las mejores. Fernández Váquer llegó a la UMU con un currículum impresionante. Y lo mismo ocurrió con Caridad Sánchez Ledesma, que en 1927, doce años más tarde, se convirtió en la primera alumna que salía licenciada de las aulas de nuestro centro, con unas apabullantes calificaciones que para sí hubiesen querido el resto de sus compañeros.

Ilustraciones:

Archivo Universidad de Murcia.