Abanilla esconde en su interior, y nunca mejor dicho, uno de los mejores representantes tanto de su gastronomía como de su cultura: el restaurante El Fielato. Ubicado en el interior de una antigua cueva de más de 100 años de historia y unos 200 metros cuadrados de espacio, sus rincones conforman un lugar que en palabras de su dueña, Mari Carmen Martínez, es único en comparación con la mayoría de negocios hosteleros: «Somos un restaurante curioso y diferente al resto, como mínimo».

Distribuido en diferentes habitaciones individuales con capacidad para 6-7 comensales, el local se encuentra decorado con herramientas y productos típicos utilizados en el trabajo campestre.

El restaurante destaca por sus carnes a la brasa, hasta tal punto que han confeccionado un menú propio para dos personas donde el chuletón, ya sea de ternera o vaca vieja, es el protagonista. El maridaje corre a cargo de referencias tanto nacionales, como pueden ser distintos Rioja o Riberas del Duero, como por supuesto vinos de la región, donde la materia prima de Jumilla destaca por encima del resto.

Sábados musicales

Como suele ser habitual durante el verano, el Fielato ofrece en las noches de julio, agosto y septiembre unas noches musicales en la terraza del restaurante en la que artistas de renombre de la Región de Murcia amenizan la cena. Este año, ante la situación inestable originada por la crisis sanitaria, el restaurante no garantiza la celebración de todas las actuaciones.