Una de las novedades que este año trae la programación 'Es verano en Caravaca' son las visitas nocturnas al paraje de las Fuentes del Marqués. Un verdadero acierto de la Concejalía de Turismo, puesto en las manos de tres profesionales como son Miguel Ángel Pomares, Lola Salcedo y Jesús Martínez, que en esta ocasión están acompañados de artistas de diferentes disciplinas. Según explicó el propio Pomares, «se trata de poner en valor todo el potencial artístico que hay en Caravaca».

La visita comienza descubriendo el Torreón del paraje, construido sobre otro templario. Un lugar donde no puede faltar la recreación de la leyenda de las Fuentes, que cuenta como pasaron de ser termales y cálidas a frías, debido a la historia de amor entre un caballero templario y una joven dama hija del Sayid.

Después, entre la oscuridad de la noche, el paraje hace que uno se encuentre consigo mismo, poniendo de manifiesto el uso que los caravaqueños le hemos dado al idílico paraje a través de los siglos. Un lugar para pensar, para cantar, para evadirse del mundo o sencillamente para pasear. Otro de los participantes, Jesús Martínez, ha puesto de manifiesto que «esta visita sirve para encontrarnos con nosotros mismos tras los meses que hemos llevado confinados y que ha sido imposible hacer algo tan sencillo como pasear por la Fuentes, algo que antes del confinamiento veíamos tan natural».

Una visita para realizar en familia, así lo explicaba otra de las protagonistas, Lola Salcedo: «Se trata de que los más pequeños también conozcan cómo hemos sentido este paraje en nuestras venas, y por supuesto que tenemos que cuidarlo y dejarlo a nuestras generaciones futuras, como nuestros antepasados nos los cedieron.

Las reservas tienen que ser sacadas con antelación en el Punto de Información Turística de la Plaza del Arco. La actividad se realizará todos los miércoles del mes de julio, a partir de las 22.00 horas.

El paraje

A los pies de las sierras del Gavilán y el Buitre se encuentra el paraje natural de Las Fuentes del Marqués, que posee una extensión de 17,4 hectáreas.

Este paraje está situado a dos kilómetros del casco urbano en dirección oeste. Se puede acceder bien en coche, tomando por la avenida de los Andenes y luego por el Camino de Mayrena, o bien andando por el Camino del Huerto. Ambos caminos confluyen, pero los vehículos pueden continuar, pasando por el 'Molinico', hasta la zona de aparcamientos debidamente señalizada, y aquellos que vayan a pie pueden seguir por la senda rehabilitada y penetrar a dicho paraje por las Cuevas del Marqués.

Todo el parque está surcado por pistas y caminos que facilitan el acceso y la visita y disfrute de este precioso paraje, alguno de los cuales sirve de puerta a otras pistas forestales que se internan en los barrancos de la Sierra del Gavilán (Barranco del Nevazo y Barranco del Agua).

Podemos diferenciar tres ambientes, a saber: el acuático y su entorno, el bosque mediterráneo y el agrícola. En el acuático y su entorno encontramos una gran variedad de seres vivos tanto animales como vegetales. Grandes manchas de plantas acuáticas de varias especies dan refugio a la fauna acuática como barbos, carpas, truchas arco iris, galápagos leprosos y camarones de agua dulce, entre otros, así como numerosos insectos. En las riberas encontramos juncos, culantrillos de pozo, zarzamoras y algunas higueras, plátanos orientales, fresnos, almeces y álamos dan escolta al río antes de que éste sea canalizado.

También son destacables los restos arqueológicos de origen árabe que allí se encuentran. Seguidamente encontramos un cruce con un sendero que sale a la izquierda y que nos lleva al primer puente y al vivero; si seguimos, volvemos a encontrar otro cruce: si cogemos el de la izquierda nos lleva hasta las 'sartenes', pasando por un nacimiento de agua a la derecha, el cual surge de una cueva; si cogemos el de la derecha veremos árboles ornamentales y autóctonos repoblando los bancales.

A lo largo de los siglos, ha jugado un papel destacado en el desarrollo económico de la ciudad. Este hermoso paraje es conocido desde bien antiguo.

Ya el geógrafo árabe Al-Himyari (siglos XIII-XIV) en su descripción geográfica de la zona hace referencia a la existencia de dos fuentes de agua.

Probablemente estos manantiales debían ser, según afirma E. Molina López, las Fuentes del Marqués y de Mayrena.