El buen trato al producto marítimo tiene premio, y en el restaurante el Refugio de Juanfran se ha traducido en un incremento de su clientela que le ha obligado a ofrecer sus servicios culinarios en un local más grande. Situado a las afueras de Águilas en un recinto con un ambiente moderno y elegante, este restaurante ha hecho del trabajo gastronómico con productos de cercanía y calidad su seña de identidad, tal y como explica su propietario, Juanfran Paredes: «Nuestra marca es la pasión por el mar, que se refleja en el mimo y cuidado con el que tratamos al pescado».

Además, estos productos los consiguen apoyando el comercio de cercanía, siendo algunos de sus proveedores las lonjas de Águilas, Cartagena y Mazarrón.

La langosta o la quisquilla macerada en aceite de oliva son algunos de sus platos estrella, cuidando su elaboración para ofrecer al cliente la mejor experiencia. «Los pescados se sirven totalmente limpios, sin espinas, para que el cliente solo tenga que preocuparse de disfrutar el producto», afirma Juanfran. En su bodega destacan referencias como el albariño DO Ferreiro y el champán cristal de Louis Rouderer.

Atención a la seguridad

El Refugio de Juanfran ha actualizado sus medidas de seguridad a raíz de la actual crisis sanitaria, diseñando junto a pr

ofesionales arquitectos un circuito de entrada y salida del restaurante para que los clientes se crucen entre ellos lo menos posible. Además, los planos del local se muestran ahora de una manera más visual, y la distribuición de las mesas ha sido modificada.