A comienzos de los años noventa, hace casi treinta años, abrió sus puertas en plena huerta de Murcia, en el paraje llamado entonces Camino del Badén -y hoy con su toponimia corregida como Camino del Albadel- el restaurante fundado por el desaparecido Emilio Leal Iniesta, que hoy regentan sus hijos y que no ha cesado de crecer en estas tres décadas.

Ocupan un espectacular recinto con más de 3.000 metros cuadrados en el que cuentan con un gran aparcamiento propio, campo de fútbol sala, parque infantil con hinchables gigantes, dos grandes terrazas cubiertas y varios salones donde, además de recibir y servir decenas de comidas familiares los fines de semana, también pueden acoger todo tipo de eventos y celebraciones, con una gastronomía basada en la más tradicional cocina de la huerta murciana y con especial atención a las carnes rojas a la brasa, asados y todo tipo de arroces.

Además del salón de la zona de barra (donde se encuentra su gran cava de vinos), con mesas con doble mantel, cuentan con otros dos salones y capacidad para trescientos comensales. Ayudan a los hermanos Leal un equipo diario de media docena de profesionales que los fines de semana y en eventos puntuales pueden superar la veintena de trabajadores.

Las brasas, protagonistas

Cuentan con menú diario por diez euros que incluye ensalada, primer y segundo plato, postre, bebida y café, donde no faltarán excelentes guisos y su plato estrella: un espectacular gazpacho manchego con delicioso aroma de romero.

El cochinillo asado es otra de sus especialidades, pero sin lugar a dudas en lo que son realmente especialistas es en la elaboración de toda suerte de carnes rojas a la brasa, chuletas, chuletones y todo tipo de asados y arroces.

La gran carta del restaurante El Huerto del Badén nos recibe con su oferta de entrantes entre los que encontramos sus almejas gallegas a la plancha, buñuelos de bacalao, caballitos caseros, calamar a la plancha, carpaccio de salmón y bacalao ahumado, cazuela de gambas con chanquetes, gamba roja a la plancha, mejillones al vapor, una mariscada hervida (por 15 euros), piruleta de gamba marinada, pulpo roquero, sepia a la plancha y tigres caseros.

También preparan tablas de quesos, embutidos y jamón y entre sus cuatro ensaladas no debemos dejar de probar la especial, servida en un gran plato con tomate, alcachofa, palmito, atún, huevo duro, espárragos, cebolla y maíz. La huerta está especialmente presente en sus verduras a la plancha, que también sirven como guarnición de sus platos de carnes a la plancha: pollo, costillas de cordero y de cabrito, conejo a la brasa o al ajo cabañil, chuletón, solomillo o entrecot de ternera gallega.

Entre sus pescados cuentan con merluza, salmón y emperador a la plancha, lubina y dorada a la plancha y al ajo pescador y bacalao frito con cebolla.

Además del gazpacho manchego y el cochinillo al horno, completan su oferta de cocina sus asados de paletilla de cabrito y cordero, la carrillera de cerdo ibérico con setas, las manitas de cerdo en salsa, el caldo con pelotas en invierno y el gazpacho andaluz en verano. Y no nos olvidemos de sus arroces: paella mixta, de pollo, de magra y costillejas, de conejo y caracoles, de verduras, de marisco, de bogavante o arroz a banda.

Cuentan con más de una veintena de postres, donde nunca faltarán sus paparajotes con helado de turrón.

Su carta de vinos cuenta con unas cuarenta referencias de diferentes vinos, a precios más que interesantes, y un excelente Jumilla como vino de la casa.