Mikel Erentxun capitaneaba -y lo sigue haciendo de forma intermitente- Duncan Dhu con Diego Vasallo, pero ha sabido construirse una interesante carrera en solitario. El último capítulo de esta aventura se llama El hombre sin sombra, una brillante colección de canciones sinceras que ha repetido con Paco Loco -ambos comparten la producción-, facturando un disco menos eléctrico y más homogéneo en el que hay participación femenina: la voz de Maika Makovski. Nominado a los Grammy latinos, el último trabajo del donostiarra habla del amor y sus consecuencias -tema recurrente en su carrera-, aunque, esta vez, desde una perspectiva más conceptual. Con él, Mikel Erentxun vuelve a pisar escenarios murcianos.

¿Cómo va todo, Mikel?

Estoy en el tramo final de la gira, que empezó en marzo -creo recordar...- y que en principio iba a acabar en diciembre. Al final, este mes va a ser un ecuador, porque la gira va a terminar en agosto.

¿Por dónde has pasado?

Hemos recorrido prácticamente todo el país, incluidas las Canarias. Luego hicimos un pequeño tour por los Estados Unidos, y ahora Murcia. La verdad es que no me puedo quejar. Va muy muy bien. El año que viene vamos a Sudamérica, a países done no hemos estado nunca, como Chile, Ecuador, Perú o México, y volveremos a EE UU. Llevo un par de años, tanto con la gira de Corazones como con El hombre sin sombra, en los que todo está saliendo fenomenal.

De Corazones a El hombre sin sombra. ¿El corazón manda?

El corazón manda en los dos discos, porque son bastante monotemáticos. El primero giraba en torno a una cardiopatía que tuve hace cuatro años y todo lo que te rodea cuando uno se siente al borde de la vida, en el filo del abismo; de repente piensas en un montón de cosas. El hombre sin sombra habla del otro corazón, del sentimental, del amor y el desamor en las relaciones de pareja de larga duración como la mía, sobre qué ocurre en una pareja cuando, después de muchos años y de nacer los hijos, la pasión desaparece€ Me apetecía escribirlo. Aparte, he descubierto que escribir canciones me sirve de terapia personal.

Decías en una entrevista que el disco es reflejo de un año difícil.

Fue un año difícil sentimentalmente hablando, aunque afortunadamente con final feliz. Por eso el disco tiene final feliz, pero hay varios cortes bastante duros... El principio del fin, por ejemplo, Enemigos íntimos..., quizás las más duras que he escrito nunca. Pero luego hay otras de amor puro y duro, como Libélulas. Es un disco que va fluctuando por los diferentes estados de ánimo en los que yo me encontré a lo largo del año en que lo escribí.

¿Hacer este tratado ha sido una necesidad más vital que artística?

Sí. He llegado a un momento en que me siento muy a gusto siendo honesto conmigo mismo, tanto con mis gustos musicales como con las letras que hablan de mí. Al final me siento mucho más cómodo hablando de mí y haciéndome transparente -de hecho, sin sombra, como reza el título del disco- que tratando de ser otras cosas o intentando parecerme a otras cosas, como en discos anteriores. Ahora estoy mucho más cómodo.

La muerte muerde al besar es uno de los temas más llamativos de este disco. ¿Qué te inspiró?

La muerte muerde al besar... A veces, estar enamorado tiene sus contrapartidas, y en ocasiones los besos pueden ser traicioneros.

En la música existe un miedo continuo a no repetir lo que ya se ha hecho, ¿es tu caso?

El amor es un tema universal, probablemente el más manido y utilizado en el mundo del rock y el pop, pero creo que da para muchos discos más. Yo sinceramente creo que no me repito. He escrito muchas canciones en mi vida, muchas de ellas de amor, y este es un disco en el que las doce canciones giran en torno al amor, pero pienso que no se repiten temáticas. He intentado que tampoco se repitieran las palabras, que cada canción tuviera su propia personalidad. Evidentemente yo tengo una forma de escribir, y de ahí no puedo huir, pero he tratado de no repetirme en la medida de lo posible.

Desarrollas, como decías, un tratado sobre el amor en la relaciones de larga duración. ¿Qué pasa cuando llevas mucho tiempo con la misma persona?

Como hacen nuestros padres, o como me pasa a mí y a mucha gente, hay que saber llevarlo. Primero viene un hijo, luego otro€ La vida en pareja cambia completamente. En mi caso, además, estoy todo el día fuera de casa. ¿Cómo se lleva la distancia? A veces bien, a veces mal. De todo eso habla este disco. Cualquiera que escuche o lea las letras de este disco va a entender perfectamente cómo me he sentido yo a lo largo de este año.

¿Te sientes joven en cuanto a voz?

Sí, me siento joven. Y en parte es culpa y responsabilidad de Paco Loco. Yo llevaba ya bastante tiempo huyendo de mi voz, no sé si por aburrimiento o por qué, pero ya son muchos discos... Trataba de cantar de otra manera, forzar€, y cuando llegamos a este disco, Paco me dijo que sentía que tenía que cantar de una manera muy natural, que, para bien o para mal, esta es mi voz y tengo que vivir con ella. La verdad es que me convenció, y creo que le ha sentado muy bien al disco. He cantado de una manera muy humilde, muy sencilla, que es como cantaba cuando empecé. Efectivamente mucha gente me está comentando: «¡Joé, cantas como antes!», pero yo pienso que la edad le da un cierto poso. Antes tenía una voz como mucho más infantil, más delgada, y ahora me gusto mucho más.

Este es un disco en el que tocas todos los instrumentos.

Sí, y lo he disfrutado muchísimo porque era algo que siempre he querido hacer. Como fan de Paul McCartney que soy, siempre tuve el sueño de hacer como él: grabar y tocar todos los instrumentos en un mismo disco, pero nunca me había atrevido a hacerlo hasta que me encontré con Paco, un productor perfecto para ese tipo de locuras.

Las nuevas canciones se compenetran muy bien con la voz de Maika Makovski. ¿Cómo surgió?

Teníamos la idea de meter un timbre femenino; parecía que en este disco tenía sentido, y luego era algo que yo nunca había trabajado. Antes de empezar a grabar hicimos una lista de voces femeninas que nos gustaban; y ambos (Paco y yo) coincidimos en Maika. Tuvimos la suerte de que aceptó y, visto el resultado final, creo que es una de las tres o cuatro características fundamentales de este disco.

Ahora suenas en programas de radio a los que antes no tenías acceso, te invitan a festivales en los que antes parecías estar vetado, y colaboras con algunos músicos de la escena indie. ¿Ha sido complicada esa adaptación?

Bueno, no sé si ha sido complicada no, pero ha sido lenta. Soy consciente de que hace cuatro años, con Detalle del miedo, inicié una nueva andadura, y, más que acercarme al mundo indie, me iba a alejar del mainstream. Dejé de sonar en las radios convencionales y pasé a vender menos discos; pero, poco a poco, me empezaron a llamar de otras radios que nunca antes se habían interesado en mí, me empezaron a llamar de festivales en los que había estado y, como bien dices, fui teniendo el reconocimiento de grupos nuevos a los que admiro y que pensaba que jamás me iban a tener en estima. Y me encanta.

Diego Vasallo decía en una entrevista que el matrimonio con Duncan Dhu sería imposible, pero he visto una foto reciente en la que estáis los tres miembros originales. ¿Tiene algún significado?

De entrada vivimos los tres en Donosti, que es una ciudad muy pequeña, y somos muy amigos. Pero el proyecto actual Duncan Dhu está vivo. Es un proyecto intermitente, pero está vivo desde que retornamos con El Duelo, hace ya cuatro años. De vez en cuando hacemos algún concierto, y tenemos en mente, en un futuro no muy lejano, trabajar y hacer una gira, aunque los dos priorizamos nuestras carreras.