Hablar no es siempre sinónimo de comunicar.

Es importante hablar con la pareja, pero es mucho más importante comunicarnos con ella. Además, es clave que estos momentos de acercamiento no sean a través de WhatsApp, sino que sea comunicación verbal.

Aprenda a usar el tiempo.

Gestionar los momentos del periodo vacacional es un asunto crucial a la hora de evitar tensiones. Cada miembro de la pareja debe tener su propio espacio y pasar tiempo en soledad para reencontrarse consigo mismo, pero también debe buscar momentos para dedicarlos a sus amistades y a su familia sin su pareja. Así, fortalecerán la comunicación y la confianza.

La negociación, muy presente.

Una relación de pareja se construye sobre acuerdos y cesiones. Nadie debe abandonar sus gustos y preferencias, pero sí puede tratar de adaptarlos a los de la otra persona y negociar para llegar a un punto en común. Los expertos recomiendan que se trate de conseguir un 'pacto' en el que ambos ganen.

Si está enfadado, evite discutir.

La convivencia hace inevitable que surjan diferencias, roces y discusiones, pero se debe evitar a toda costa entrar en una de ellas si uno de los dos está enfadado, porque puede decir cosas de las que después se arrepienta, pero que no sean tan fáciles de borrar.Además, a la hora de discutir hay que aprender a hacerlo de forma constructiva, nunca tratando de dañar a la pareja.

Capacidad de adaptación.

Las vacaciones suponen un cambio de rutinas, de horarios y, a menudo, de lugar, por lo que se necesita desarrollar una gran capacidad de adaptación para evitar que estas nuevas diferencias con el día a día provoquen peleas y discusiones entre ambos.

Las vacaciones no son un anuncio de televisión.

Hay que huir de la idealización del periodo vacacional. Las cosas no siempre salen como uno quiere y ante los imprevistos hay que aprender a tomar una actitud positiva y de concordia.

Compromisos e imposiciones, los justos.

Las vacaciones suelen ser el tiempo de los reencuentros y las reuniones familiares. En definitiva, de los compromisos sociales. En muchas ocasiones esto puede resultar muy apetecible para la pareja, que huye de la rutina con estas actividades, pero cuando uno de los dos se ve arrastrado a ciertas citas en las que se siente incómodo, la mejor solución es hablarlo e intentar reducirlas dentro de lo posible. Además, es muy importante que, cuando estas reuniones sean inevitables, se afronten con una buena actitud y sin reproches.