Foto: Ángel Fernández Saura

Un soplo en el barro

Durante décadas ha ejercido su magisterio en la Escuela de Artes y Oficios de Murcia. A Juan Martínez Lax, escultor y ceramista, además de crear sus propias obras, lo que más le gusta es enseñar; rodearse de gente joven que quiere aprender y desarrollarse en el mundo de las artes. Ahora, en buena lógica, le ha llegado el tiempo de la jubilación oficial de sus clases, pero ha procurado tener donde reunir a sus seguidores, que son muchos; porque a Juan le adornan unas virtudes de generosidad, afabilidad y de buena gente, que hacen de él un maestro también en la convivencia. Por eso su estudio está abierto a ese colectivo que le adora.

Su espacio, en el Barrio del Progreso de Murcia, Estudio 80, sirve para el trabajo y para la exhibición. Se muestran exposiciones, suyas y colectivas, y tiene una cámara web instalada, para mayor difusión, que recoge a los artistas en su trabajo. No esconde nada, y esa es la vocación de su magisterio. No hace mucho le hicieron académico de la de Nuestra Señora de la Arrixaca, muy merecidamente.

Es escultor y pintor, además de ceramista espléndido, sin secretos en esta fantástica esencia de las artes aplicadas; se conoce raros procedimientos que lo convierten en un artista único y plural. Su escultura es temperatura vital; funde deliciosas colecciones de pequeño formato aprovechando el conocimiento de los materiales. A veces su modelado se hace gigante y realiza esculturas de gran formato y porte, auténticas obras maestras nacidas de una mano hábil y de firme criterio. En él, el barro tiene un volumen que puede recordar la obra del ilustre don José Planes, aunque el maestro de Espinardo redondea más las superficies; las de Martínez Lax tienen un modelado distinto dejando el parecido, en eso, en una asimilación de las raíces de nuestra escultura moderna. En ningún caso molesta esta referencia; todo lo contrario, aumenta el interés de sus estudios de formas trasformadas.

Hace algún tiempo promocionó a un grupo de artistas jóvenes con un proyecto de escultura urbana muy bien pensado; se hicieron bocetos para una gran colección que viniera a incidir en la idea de «Murcia, país de la escultura», engrandeciendo el espacio urbano. Los responsables administrativos de lo público todavía se lo están pensando. Yo le defiendo a ultranza como pintor; lo es y magnífico, no entiendo la respuesta a mi pregunta: ¿Por qué no pintas más? «Porque no sé qué pintar», negación que me llama mucho la atención por su talento en obras de su mano que he visto y que conservo, paisajes al aire abierto, urbanos, figuración interesantísima. Un poco torero, con su contestación dio un capotazo a mi curiosidad. Todos los días se pierde un pintor con su pasividad ante la pintura. Nos despide siempre su leve sonrisa evocadora de amistad, hoy también en la foto de Ángel Fernández Saura.

Juan Bautista Sanz