La Opinión de Murcia

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Crítica

Bruce Willis: Yippee Ki Yay

Es evidente que se va un icono del cine o, por lo menos, lo que quedaba de un icono del cine. No es ningún secreto que últimamente solo hacía películas nefastas

El actor Bruce Willis ha anunciado que deja el cine por la enfermedad que sufre. L.O.

Bruce Willis deja el cine por un problema de salud. Sufre de afasia, lo que le impide hablar con naturalidad. Es evidente que se va un icono del cine, o, por lo menos, lo que quedaba de un icono del cine. No es ningún secreto que últimamente Bruce Willis solo hacía películas nefastas.

De hecho, habida cuenta de su dolencia, se ha especulado mucho sobre si no sería precisamente por su enfermedad que el actor norteamericano estuviera interviniendo en semejantes abominaciones fílmicas.

Es más, eran tan malas estas películas que los Razzies (los antiOscar) crearon un galardón única y exclusivamente dedicado al actor, denominado ‘Razzie a la peor película de Bruce Willis’, ya que llevaba un ritmo de rodar la decena anual de títulos de bajo presupuesto y con una nula repercusión a cualquier nivel.

Esto, al menos, en nuestro universo, si se hacían es porque se vendían; y, sin duda, la figura de Willis era un garante de una venta asegurada, aunque la película fuera un espanto. Que últimamente lo era.

Ahora empieza a especularse si en realidad Bruce Willis no estaba siendo explotado y hasta manipulado. Solía cobrar uno o dos millones de dólares por un día de trabajo. Salía al principio y al final de la película y en el cartel de la cinta y a correr.

Algunos de los directores que han trabajado con él en esta última y demencial etapa reconocían que, en efecto, Willis era una sombra de lo que fue. Completamente desorientado durante los rodajes, a veces ni si quiera sabía qué estaba haciendo ahí o qué papel estaba interpretando, por llamarlo de algún modo.

Ahora, incluso, directores que trabajaron con él años atrás parecen comprender ciertas tendencias del actor que en su momento parecían ser fruto del más puro desinterés. Pero no, puede que fuesen los primeros síntomas de la afasia.

Esto es, por ejemplo, lo que sospecha ahora Kevin Smit, que lo dirigió en Vaya par de polis y de la que salió poniendo al actor como el rosario de la aurora. O incluso se ha especulado que su enfermedad podría haber sido la razón por la que en su día Woody Allen lo despidió de Café society.

Es lógico pensar por tanto que la enfermedad haya tenido algo que ver en su demencial decadencia artística. Algunos llegaron a sospechar si no estaba blanqueando dinero, porque no tenía ningún sentido que Bruce Willis estuviera haciendo películas tan malas y además de forma repetida y a veces incluso con el mismo productor, el inefable Randall Emmett, del que dicen por ahí es una perla de mucho cuidado.

Personalmente, me parecía un poco extraño que Willis hiciera siempre lo mismo de mal, sobre todo porque el actor nunca ha tenido problema en hacer cosas nuevas y hasta reírse de sí mismo. Sin embargo, en el Bruce Willis de estos últimos años sólo había basura insufrible.

Lo cierto es que vamos a tener que esperar mucho tiempo para volver a encontrarnos con otro Bruce Willis en Hollywood. En su día lo llamaron el moderno Cary Grant por ese tono socarrón que paseaba por sus películas y por no dejar de ser un héroe de acción o todo un caballero con chaqueta y corbata, si la ocasión lo requería.. 

Para mi generación, Bruce Willis siempre será nuestro héroe de acción del póster de nuestra habitación, como lo definió M. Night Shyamalan, que lo dirigió en dos de sus mejores películas, El sexto sentido y El protegido. Muchos lo imitábamos y, en cierto modo, supongo que ahora somos como somos, en parte, a la influencia que Willis dejó en nosotros.

Recuerdo haber deseado que una chica tonteara conmigo para poder decirle, señalando mi alianza, «Solo el fax encantó, solo el fax», como decía Willis en Jungla de cristal 2, aunque no hubiera mandado ningún fax. La verdad es que para ser como Bruce Willis hacía falta algo más que un fax.

Yo podría definirlo aquí diciendo que era de tal o cual manera pero lo mejor que pueden hacer ustedes es ver sus películas. Y dicho esto, solo los fans de Willis saben qué narices significa el titular de esta columna.

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