Su sonrisa y su gesto denotan alegría, pero los ojos y el aspecto de Jim Carrey dicen todo lo contrario. El actor colgó el pasado 15 de abril una fotografía para felicitar la Pascua y, aunque aparece con un conejito y una zanahoria, su cambio físico no ha pasado inadvertido para sus miles de seguidores en Twitter.

Con el pelo largo y una larguísima barba repleta de canas, de esta guisa se ha fotografiado el comediante casi un año después de su divertida imagen haciendo uno de sus habituales gestos, aunque en julio no había rastro ni de melena ni de una cara tan poblada de barba.

La estrella cinematográfica de 55 años decidió dar un paso atrás y mantener un perfil bajo tras el suicidio de su expareja, Cathriona White, en septiembre de 2015.

Desapareció totalmente durante el 2016 tras las dos acusaciones contra él interpuestas por la madre de la maquilladora, Brigid Sweetman, y Mark Burton, el que fuera ex marido de la joven. En ambos casos, al protagonista de El Show de Truman le acusan de "homicidio negligente" y aportan documentación sobre las distintas enfermedades venéreas que le contagió a la mujer de 30 años. Estas dolencias y la separación de la pareja cuatro días antes del suicidio serían parte de la base de la acusación contra el de Ontario.

"No toleraré este intento descorazonado de aprovecharse de mí o de la mujer que amé", afirmó Carrey por medio de un comunicado emitido por su abogado. "Realmente espero que más temprano que tarde la gente deje de lucrarse con este caso y la dejen descansar en paz", añadió. Habrá que esperar a la cita en los tribunales para conocer cómo se resuelve este caso, lo que sí es evidente en estos momentos es la caída sustancial de proyectos en la cartera del actor. Desde la ausencia de su exnovia, Jim solo ha participado en dos cintas (The Bad Batch y True Crimes) y no consta ningún rodaje para este 2017. ¿Le ha dado Hollywood la espalda o ha optado por la retirada silenciosa?