* | Dirección: Michael Goi. Guion: Anthony Jaswinski. Fotografía: Michael Goi. Música: The Newton Brothers. Intérpretes: Gary Oldman, Manuel García Rulfo, Emily Mortimer, Owen Teague, Stefanie Scott, Jennifer Esposito. Duración: 84 minutos. País: EEUU. Año: 2019.

Ni original, ni terrorífica, ni interesante. Es más, todo lo contrario. Se trata de la enésima incursión, sin un solo elemento válido y novedoso, en el socorrido tema de las extrañas desapariciones de barcos en el Triángulo de las Bermudas, que ha dado pie a una cantidad ingente de títulos que han exprimido con mayor o menor torpeza y oportunismo este suceso misterioso y, sobre todo, abierto a toda dase de especulaciones.

Tercer largometraje para la gran pantalla de Michael Goi, un director de fotografía que decidió pasarse a la realización en 1999 con 'Voyeur' y que efectuó un segundo intento en 2011 con Megan is missing. No hay en sus imágenes ningún aspecto que rebase la pura rutina. En 'La posesión de Mary', Goi se limita a imitar el cine de miedo apoyado en el esquema narrativo de algunos cineastas de relieve, pero sin lograr otra cosa que caer en la monotonía y en lo gratuito, es decir, bebe en fuentes que podrían ser inquietantes sin alcanzar nunca unos objetivos loables.

De ahí la frustración que supone el desaprovechamiento de un Gary Oldman que, por supuesto, merecía mejor suerte en el papel de David, un veterano marino que ignora la tragedia que está sembrando entre su familia, su mujer Sarah y sus dos hijas, cuando compra una extraña embarcación que carece de dueño.

Y es que desde el momento en que la familia inicia el crucero, entra en una dimensión desconocida en la que no se priva al espectador de un carnaval de sustos y de seres infernales.