Tras haber sido una de las mejores series del año pasado, había dudas sobre cómo sería la segunda temporada de ‘Killing Eve’. Había una sensación de que la historia perdía un poco de fuelle a medida que avanzaban los capítulos de la primera entrega, por lo que el mayor reto de su continuación era el de volver a subir a listón. Y lo ha conseguido. La serie ha vuelto con energías renovadas, plenamente consciente de los aplausos y premios que ha ido recogiendo a lo largo de los últimos meses. 'Killing Eve' se ha aplicado para su regreso esa regla que tienen muchas otras ficciones de cambiarlo todo para que todo siga igual. Aquí ya no valdrá eso de leerse los libros para anticiparse a lo que pasará en la tele. Los productores de la serie ya se han desmarcado de las novelas en la segunda temporada y van a contar su propia historia. El desenlace fue el momento perfecto para hacer punto y aparte y que todo comience de nuevo.

Para la segunda temporada regresan algunos personajes que ya dábamos por perdidos (mejor no decir nada más por aquello de los spoilers). Gracias a ellos se puede seguir con ese intento de volver a los orígenes. La trama arranca con un salto temporal de exactamente 30 segundos con respecto al final del año pasado. Se atan los cabos sueltos y las actrices de Sandra Oh y Jodie Comer se disponen a retomar ese particular juego del gato y el ratón que se traen entre manos Eve Polastri y Villanelle. Pero algo ha cambiado en ellas tras el primer round. Algo de Villanelle se ha quedado dentro de Eve y viceversa.

En el arranque de la serie se jugaba con el contraste existente entre los dos personajes. Eve Polastri era una agente del servicio secreto británico que sólo había desempeñado trabajos burocráticos. Era más ama de casa que espía. Hasta que recae sobre ella la tarea de dar caza a una implacable asesina llamada de Villanelle. En el inicio de la nueva temporada, Villanelle ha perdido prestigio profesional ante sus jefes por su derrota y se nos muestra un poco más vulnerable; mientras que Eve ha ganado reputación, pero la duda persiste en ella y empieza a disfrutar de explorar su lado oscuro. Sandra Oh parece haber encontrado ese papel con el que evitar que sólo se la recuerde por su papel de la doctora Cristina Yang en 'Anatomía de Grey'.

En cuanto a Villanelle, siempre había parecido infalible y capaz de solucionar cualquier situación, pero a lo largo de estos primeros episodios está saliendo del fuego para caer en las brasas. Hasta cae en las garras de un sucedáneo de Norman Bates. Jodie Corner parece tener tomadas las riendas de su personaje y sabe hasta dónde llevar su histrionismo para no caer en la sobreactuación. Para complicar un poco más la trama. entra en escena una nueva asesina. ¿Hasta dónde serán capaces los guionistas de llegar en este insinuado cambio de roles? Todo apunta a que las dos antagonistas van a tener que cooperar de un modo u otro para darle caza. Pero parece que a Villanelle tampoco le ha sentado muy bien que su antigua némesis haya centrado su atención en perseguir a alguien que no es ella.

La serie mantiene su humor negro y ese estilo de banda sonora que es bastante peculiar para un género como es el del espionaje. No da la sensación de que la serie esté en manos de una nueva showrunner. Emerald Fennell pasa a ser ahora la responsable creativa de esta temporada en sustitución de Phoebe Waller-Bridge, que se mantiene en los créditos como productora. Fennell era una de las actrices de la serie británica Llama a la Comadrona, por lo que en 'Killing Eve' nos muestra una nueva faceta tras las cámaras.

También Waller-Bridge era actriz, demostrando de lo que era capaz en Fleabag, de la que está a punto de estrenarse su segunda temporada en España a través de Amazon. El espaldarazo que supuso para su carrera la primera temporada de Killing Eve sigue trayéndole momentos dulces para su carrera, ya que Daniel Craig ha marcado que sea la guionista de la próxima entrega cinematográfica de James Bond. ¿Qué tal le sentará a 007 el particular sentido del humor de esta guionista? La cadena (BBC América) la ha renovado para una tercera temporada en la que habrá un nuevo cambio de showrunner. La serie estará en manos de Suzanne Heattcote, que procede de Fear the Walking Dead, por lo que todo apunta a que el toque gore con muertes muy sangrientas se mantendrá.