Óbito

Fallece a los 100 años Abraham Ruiz Jiménez, hijo adoptivo y cronista de Cehegín

Abraham Ruiz Jiménez.

Abraham Ruiz Jiménez.

Francisco Jesús Hidalgo

Abraham Ruiz Jiménez, hijo adoptivo Cehegín y cronista oficial de la localidad ha fallecido este lunes a los 100 años. Una vida dedicada a la escritura, a desentrañar el pasado y legar a las generaciones futuras un universo intelectual que quedará para siempre. 

En esta ocasión, el cronista auxiliar de Cehegín, Francisco Jesús Hidalgo, ponen el acento en la trascendencia y el valor de esta figura ceheginera, que siempre será recordada a través de sus libros. 

"Ha fallecido un hombre bueno. Apenas trascurrida una semana de que cruzara el umbral de los cien años, nuestro querido cronista oficial, don Abraham Ruiz Jiménez, nos ha dejado. Se ha ido, pero queda una huella indeleble escrita a través de una vida larga, próspera, desde su nacimiento en Munera, Albacete, el día 26 de abril del año 1923. 

Una vida que ha dado para tanto, y en la que nos ha dejado tanto que su recuerdo habrá de permanecer ya siempre como una más de las luces eternas entre los personajes ilustres de Cehegín. Hijo adoptivo de nuestra ciudad, amó a esta tierra más que a casi nada en el mundo, tal vez solo detrás del amor a su familia y a Nuestra Señora de las Maravillas.

Hombre de mente prodigiosa, era un placer absoluto el escucharlo con casi cien años hablar de los años 40 o 50 del siglo XX como si los hubiera vivido ayer mismo, bien es cierto que se dice que las personas mayores recuerdan más y mejor las cosas de antes que las de ahora, pero su caso era algo especial por esa sabiduría que emanaba de cada una de sus palabras. 

Han sido muchos los momentos compartidos con él, y no hemos tenido conversación en la que no haya aprendido algo nuevo. Lo echaré mucho de menos, a la gente como don Abraham simplemente se la quiere, sin más. No es fácil encontrar tanta generosidad como la suya en un mundo como el de hoy. Como dice Isabel Allende: “La muerte no existe, la gente solo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo”.

Hasta siempre, Don Abraham.