Hay días en los que es moralmente obligatorio paralizar nuestra estresada vida diaria por un motivo humano, y uno de esos fue ayer para toda Molina de Segura. El mayor defensor de la historia y dignidad local nos ha dejado a sus casi 91 años, una vida dedicada en cuerpo y alma a la docencia, la familia y la investigación histórica.

Maestro y director del colegio público La Consolación, hijo adoptivo de la ciudad, cronista oficial de Molina de Segura, miembro de la Real Academia de Alfonso X el Sabio, presidente del Centro de Estudios Molinenses y socio de honor de las fiestas de Moros y Cristianos del municipio, y muchas cosas más, nació en 1931 en la calle La Merced de Murcia. Hijo de culta y burguesa familia, su padre, Raimundo de los Reyes, fue un reconocido poeta murciano, y su madre, Remedios Martínez, madrina de la Iglesia de Los Valientes con apenas 16 años en 1910, de ahí que la patrona de la pedanía adquiriera el nombre de su residencia materna, la virgen de las Mercedes.

Llegó a Molina de Segura en 1960 por la tenencia de una histórica finca de secano municipal, la Casa de las Estrellas, junto a su esposa, la también maestra y pintora Josefa Candel. Ahí arraigó y cultivó una familia con seis hijos y muchos nietos, lugar donde viviría finalmente el 68% de su vida. Antonio perpetuó la continua historia molinense de forastero en tierra extraña, aunque acogedora y hospitalaria, dado el carácter de villa de paso de Molina desde la dominación romana, y mucho más después con la Mesta.

A su labor en la docencia, su trabajo como corresponsal de prensa y radio provinciales, y director de revistas y emisoras de radio locales, sumó un profundo interés por la cultura y la historia murcianas, en general, y por la de Molina de Segura, en particular, fruto del cual son una gran cantidad de iniciativas, publicaciones y reconocimientos. También fue concejal del Ayuntamiento durante los primeros años de la Transición.

Promocionó diversas actividades culturales a lo largo de los años, que cristalizan, entre otras, en la fundación de la Asociación Regional de Cronistas Oficiales, la fundación y presidencia del Centro de Estudios Molinenses, colaboración con los Amigos del Museo de la Huerta de Murcia, así como una activa participación con numerosas entidades, asociaciones y cofradías locales y regionales.

Molina y el Rey Sabio (1974), Molina 1779 (1979), El Señorío de Molina (1996), El libro del heredamiento (2001), Molina de Segura en la Edad Media murciana (2008), Molina de antaño (2016), Prensa Regional Murciana (2020), y hasta una veintena de títulos y tres centenares de colaboraciones en diferentes medios atestiguan su incansable dedicación, reconocida con la designación como académico de la Real de Alfonso X el Sabio, su nombramiento como cronista oficial e hijo adoptivo de Molina de Segura, la villa que le acogió y le quiso como a ninguno.

Últimamente fue artífice indispensable de la fundación de las fiestas de Moros y Cristianos de Molina de Segura en 2018, como pieza fundamental en el asesoramiento histórico de su celebración. En noviembre de 2021, el ayuntamiento de Molina y todo su municipio le prestó un más que merecido homenaje poniendo su nombre a una plaza del medieval barrio del Castillo, y le descubrió una figura de bronce con su estatua, obra del escultor Pepe Yagües.

A Don Antonio le debemos la conservación en nuestra memoria, muchos episodios de la historia local y regional, y gracias a él, la investigación histórica goza hoy de dignidad, aparte de la gran semilla que ha plantado en tantas personas que hoy seguimos su estela y buen hacer, disfrutando sobremanera en descubrir nuestro apasionante pasado, ese que sin darnos cuenta, nos define como personas.

Pasarán muchas décadas hasta que nazca otra persona tan brillante en lo académico, tan gentil en el trato y tan humano en sus relaciones, pero seguros de que, gracias a él, ahora disfrutamos de una Murcia y una Molina de Segura mucho mejores: conscientes y orgullosas de su historia.

Mucho ánimo a su viuda, hijos, nietos, familiares y molinenses, y a la vez felicitaciones a todos, porque una trayectoria tan plena y grandiosa no la veréis repetida tan fácilmente.