La primera vez que me reuní con Esteban Bernal Velasco me dijo que tratara bien a su hijo y que lo cuidara mucho. Me quedé muy sorprendido. Pensativo. Yo le dije que no recordaba haber tenido ningún con problema con Esteban Bernal Aguirre y él me aseguró: «¡Noooooo, con ese nooooooo… Ese se cuida solo!». Así consideraba Esteban al Festival Internacional del Cante de las Minas.

Es incalculable el tiempo y los reconocimientos (varias vidas más) que nos harían falta para devolverle el cariño que le brindó a La Unión y, aún así, nunca sería suficiente.

No obstante, este municipio siempre ha demostrado estar agradecido con el que fuera fundador e impulsor del Festival Internacional del Cante de las Minas, que ha hecho que el nombre de nuestra tierra sea conocido en países de todo el mundo y que el Antiguo Mercado Público se haya bautizado como la ‘Catedral del Cante Flamenco’

El lunes, Esteban nos dejó. Era el mismo día en el que se preparaba para celebrar su 92 cumpleaños. Ahora este Festival se queda huérfano y se viste de luto para honrar a una persona cercana, entrañable y con una sabiduría y creatividad que ha quedado más que demostrada desde que se celebrara aquel primer festival con motivo de las fiestas del Rosario en 1961. 

Esteban fue un alcalde visionario, adelantado a su tiempo, capaz de transmitir su pasión por el cante en un evento que no imaginaba la magnitud que iba a alcanzar, como bien relataba en una entrevista hace apenas unos meses, con motivo de la concesión del premio honorífico que lleva su nombre y cuyo trofeo diseñó su propio hijo.

Un premio que teníamos claro que había que darle en vida y que, por suerte, pudo recoger en persona en un emotivo acto a los pies de un escenario donde el flamenco volvía a refugiarse por las esquinas y calles del pueblo.  

Llegamos a tiempo. Con una sonrisa, y una satisfacción inmensa, nos decía que el premio le había hecho ser más consciente de que «no había perdido el tiempo». Desde luego que no, Esteban; desde luego que no.

El que fuera alcalde de La Unión no lo tuvo fácil cuando decidió poner en valor el legado cultural de este municipio, con unos primeros diez años de Cante de las Minas que reconocía que fueron muy duros, con ayuda de muy pocos.

Esteban se presentó en Madrid, en Televisión Española, cuando Adolfo Suárez era director de la Corporación. Le dijo a su secretaria que no tenía cita pero que no se iba de allí hasta que no lo recibiera. El resto ya se sabe. Fueron importantes y decisivos hitos los que conseguía para la difusión del Festival, siempre a partir de su cabezonería y tesón.   

En todos estos años, y hasta que la salud se lo permitiera, Esteban nunca ha desconectado del Festival

Él, que «decía el cante» porque, según afirmaba, no tenía voz para cantar, se sentía herido cuando no defendían en su entorno más cercano algo que él llevaba dentro. Sin embargo, con constancia y tesón, el pueblo comenzó a acoger algo que partió de una idea que solo una mente como la suya podía crear.

En todos estos años, y hasta que la salud se lo permitiera, Esteban nunca ha desconectado del Festival. Emotivo fue verle recoger el premio con su nombre en nuestra 60 edición del Cante de las Minas. «Soy el eterno alcalde», nos decía, con la gratitud de sentirse querido por su pueblo.  

Esteban, desde aquí te digo que estés tranquilo, porque tu hijo, tu legado se va a mantener, lo vamos a mantener, yo, y seguro que mis sucesores, con el mismo esfuerzo y cariño que le pusiste tú para engendrarlo, parirlo, madurarlo y proyectarlo junto al nombre de La Unión por todo el planeta.  

Pedro López y Esteban Bernal. Ayuntamiento La Unión